sábado, 7 de enero de 2012

LA ACTIVIDAD FISICA EN EL AUTOCUIDADO DEL ADULTO MAYOR CON ARTRITIS REUMATOIDE PARA MANTENER SU CAPACIDAD FUNCIONAL



Autor: TSU Glenda Ochoa | Publicado: 19/12/2011 | Rehabilitacion y Fisioterapia , Enfermeria , Reumatologia , Geriatria y Gerontologia , Articulos |  |
La actividad física en el autocuidado del adulto mayor con artritis reumatoide para mantener su capacidad funcional

1.- Ochoa Glenda: Técnico Superior Universitario en Enfermería, Universidad de Carabobo, Venezuela.
2.- Márquez Amalys: Técnico Superior Universitario en Enfermería, Universidad de Carabobo, Venezuela
3.- Fernández Vicenta: Magíster en Gerontología y Geriatría. Docente titular a dedicación exclusiva de Pre y Postgrado e Investigadora del Dpto. Salud Integral del Adulto, Escuela de Enfermería Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, Venezuela.
4.- Boggio Manuel: Magíster Enfermería Gerontológica y Geriátrica. Profesor Agregado a dedicación exclusiva, Universidad de Carabobo Venezuela. Coordinador de la Asignatura cuidados de Enfermería a la persona con alteraciones mentales, Escuela de Enfermería Universidad de Carabobo, Venezuela
5.- Varón Milagros: Magíster en Educación. Consejera en Lactancia Materna. Profesora Titular a Dedicación Exclusiva en el Dpto. Clínico de Enfermería en Salud Reproductiva y Pediatría, Escuela de Enfermería Universidad de Carabobo. Venezuela.

RESUMEN

La artritis reumatoide es una enfermedad degenerativa que causa discapacidad en la persona, reduciendo su movilidad, limitando la independencia y/o la capacidad funcional afectando su calidad de vida. El objetivo del estudio fue evidenciar la experiencia, abordaje, manejo y evolución de la aplicación del proceso de enfermería a una Adulto Mayor con artritis reumatoide, utilizando la teoría de Dorothea Orem, incorporando la actividad física en el autocuidado para el tratamiento integral de su enfermedad. La investigación de caso clínico, enmarcada en la línea de investigación del autocuidado y la salud del Adulto, teniendo como universo 100 Adultos mayores, seleccionando a una Adulta Mayor de 74 años, con antecedentes de artritis reumatoide de 2 años de evolución, y manifestación de dolor constante en las articulaciones de las manos, rodillas y tobillos con predominio matinal, mareos, cervicalgia y rigidez del cuello.

Para el diagnóstico se tomaron en cuenta actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, intensidad del dolor y movilidad articular. La evaluación fue realizada a través de las láminas Copp-Wonca. Posteriormente al diagnóstico se estableció un programa de actividades físicas por seis semanas, dando como resultado mejoría de la movilidad de las articulaciones, alivio del dolor y la rigidez articular. Concluyendo que la actividad física contribuye de manera significativa a mejorar la calidad de vida del Adulto Mayor con Artritis Reumatoide, al mantener la funcionabilidad de las articulaciones, mejorar la autoestima y aliviar el dolor articular. Se recomienda la actividad física en el adulto mayor con esta patología.

Palabras Clave: Actividad Física, Envejecimiento, Artritis reumatoide, Capacidad funcional

ABSTRACT

Rheumatoid arthritis is a degenerative disease that causes disability in the person, reducing their mobility, limiting the independence and / or functional ability to affect their quality of life. The objective was to demonstrate the experience, approach, management and evolution of the application of the nursing process to an older adult with rheumatoid arthritis, using the theory of Dorothea Orem, incorporating physical activity in self-care for the comprehensive treatment of their disease. The clinical case investigation, framed in the research of self-care and adult health, with the universe 100 Older Adults, Older selecting a 74 year old with a history of rheumatoid arthritis of 2 years of evolution, and expression of constant pain in the joints of the hands, knees and ankles with predominantly morning, dizziness, neck and neck stiffness.

For diagnosis were considered basic and instrumental activities of daily living, pain intensity and joint mobility. The evaluation was conducted by Copp-Wonca sheets. Following the diagnosis is established a program of physical activity for six weeks, resulting in improved joint mobility, relieving pain and stiffness. Concluding that physical activity contributes significantly to improving the quality of life for the Elderly with Rheumatoid Arthritis, by maintaining joint function, improve self-esteem and relieve joint pain. It is recommended physical activity in older adults with this condition.

Keywords: Physical Activity, Aging, Rheumatoid arthritis, functional capacity

Introducción

La población adulta mayor constituye en la actualidad el grupo etario de crecimiento más acelerado, en todo el mundo, se estima que entre los años 2000 y 2050, la población mundial de 60 años o más pasará de 600 millones a 2000 millones. Llegando así a constituir el 22% de la población. La mayor parte de ese aumento se producirá en países en desarrollo, donde pasarán de 400 a 1700 millones en ese periodo (1). En América Latina este grupo etario pasó de 6,5% a 8,1% en tan solo 20 años, y se espera que para el año 2050 representen cerca del 23,4% del total de la población (2). En Venezuela, este envejecimiento se evidencia al observar que para el año 2000 la población mayor de 60 años representaba el 6,74% y en la actualidad (2011) representan un 9,04% del total de la población, de acuerdo a esto, se estima que para el año 2015 esta proporción se incremente a 10,17% (3). Asimismo en el estado Carabobo para el año 2008 se estimó de acuerdo a proyecciones hechas en base al censo 2001 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), una población total de 2.262.070, correspondiendo al Municipio Valencia 839.926, de este total los adultos mayores representaban el 5,13% en el estado Carabobo y el 5,69% en el Municipio Valencia (3).

Lo dicho anteriormente es consecuencia de los bajos y controlados niveles de natalidad y mortalidad, además del crecimiento sostenido de la esperanza de vida, en virtud de esto, se hace necesario adecuar los servicios de enfermería a esta realidad. Para ello es importante la labor que desempeña el personal de enfermería especialmente el de la enfermera gerontológica cuya especialidad es la valoración de las necesidades de las personas ancianas, la planificación y la administración de los cuidados para satisfacer sus necesidades, así como de la evaluación de la eficacia de dichos cuidados en el logro y el mantenimiento de un nivel de bienestar acorde con las limitaciones impuestas por el proceso de envejecimiento (4).

Para lograr esto se aplica el proceso de enfermería el cual es un método sistemático y organizado para administrar cuidados frente a alteraciones de salud reales y/o potenciales de las personas, el uso de éste proceso favorece la individualización de los cuidados entregados e impide omisiones o repeticiones. El proceso de enfermería consta de cinco etapas que son: la valoración que corresponde a la recolección y análisis de los datos; el diagnóstico, donde se continúa el análisis de datos y se produce la identificación de los problemas reales y/o potenciales; la planificación, donde se fijan los objetivos y se establece un plan de acción; la ejecución, que corresponde a la puesta en práctica del plan de acción; finalmente la evaluación donde se identifica la eficacia del plan y se detectan las necesidades de efectuar modificaciones. (5).

El adecuado proceso de enfermería y la atención primaria en salud del Adulto Mayor (AM) tiene gran relevancia para mantener su capacidad funcional, ya que a medida que se llegan a los 65 años aumenta progresivamente la probabilidad de que en los próximos años aparezca una limitación en la funcionalidad, esto se debe a que los ancianos constituyen un grupo etario en los que convergen, junto con los procesos relacionados con el envejecimiento, diversas patologías que disminuyen su capacidad funcional modificando su calidad de vida.

En efecto, en el proceso de envejecimiento ocurren dos fenómenos paralelos, una declinación fisiológica normal y un aumento en la prevalencia de ciertas enfermedades. En este sentido, los cambios fisiológicos se inician con cambios a nivel celular, que luego prosigue con cambios a nivel de los tejidos y órganos de todo el cuerpo (6), produciendo en el sistema nervioso, cambios que se manifiestan con una baja de la capacidad intelectual y la memoria, además de cambios en el sistema locomotor, entre ellos una disminución de la fuerza muscular, por otro lado, en el sistema respiratorio, se experimenta, una disminución de la capacidad pulmonar (7). Igualmente es importante señalar que el envejecimiento está asociado con cambios en sus componentes psicológicos y sociológicos que van íntimamente relacionados (2).

Al mismo tiempo, se incrementa la prevalencia de enfermedades, que aun cuando no es una consecuencia directa de los cambios fisiológicos experimentados, es de resaltar que el organismo posee mayor vulnerabilidad y una respuesta menos eficaz de los sistemas defensivos ante cualquier forma de agresión, sin embargo, hay que destacar que no todos los individuos envejecen por igual, ni en una misma persona lo hacen a la misma velocidad los diferentes componentes del organismo.

Todo lo anterior ha dado lugar a diferentes teorías que tratan de explicar el proceso de envejecimiento entre ellas resaltamos la Teoría inmunológica la cual señala que el envejecimiento se origina por una disminución de la capacidad del sistema inmunitario para producir anticuerpos, a medida que la respuesta inmunitaria disminuye también se reduce la capacidad del sistema para discriminar entre sus constituyentes y los ajenos con unas reacciones autoinmunes. (8).
Dicha teoría de envejecimiento enmarca adecuadamente el presente estudio ya que dentro de las diferentes patologías que prevalecen en el adulto mayor hemos decidido centrarnos en los cuadros de la Artritis Reumatoide (AR), la cual, aún cuando su causa es desconocida, es en muchos casos, autoinmune, es decir, una condición en la que nuestro sistema inmunológico, que es el encargado de defendernos, comienza a atacar y destruir partes de nuestro propio cuerpo (9). En base a ello la teoría inmunológica da explicación al origen de la enfermedad y su prevalencia en adultos mayores.

Ciertamente la artritis reumatoide es una enfermedad sistémica autoinmune, caracterizada por provocar inflamación crónica principalmente de las articulaciones, que produce destrucción progresiva con distintos grados de deformidad e incapacidad funcional (10), se estima que aproximadamente el 1% de la población de adulto mayor sufre, algún tipo de artritis, y es la principal causa de discapacidad, afecta generalmente a personas mayores de 40 años, aunque puede producirse a cualquier edad (9). La incidencia de la artritis reumatoide es de unos treinta casos por cada cien mil personas. Una mayor proporción de mujeres (60% aproximadamente) que de hombres la padece.

Se presenta con dolor e inflamación en las articulaciones de las manos, brazos, o piernas, en forma simétrica, es decir las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo, nódulos redondos e indoloros bajo la piel (signo de que la enfermedad es más grave de lo común), entre otros síntomas. En las personas de edad avanzada la artritis reumatoide puede causar deformidades de las manos y los pies. Existen casos en que el hueso se erosiona y la articulación se disloca quedando inmovilizada en una posición.

Lo antes expuesto confirma que la artritis reumatoide es una enfermedad degenerativa que progresivamente causa discapacidad funcional, por lo tanto afecta la calidad de vida de quienes la padecen, (11), ya que la calidad de vida de las personas mayores está estrechamente relacionada con la capacidad funcional (12). De acuerdo a esto Mosquera M. y Salazar Y., señalan que en el aspecto psicoafectivo, la artritis reumatoide causa trastornos depresivos (13). La capacidad funcional a que se hace referencia la señala Giraldo y Franco, en su trabajo titulado Capacidad Funcional y salud: orientaciones para cuidar al adulto mayor, como la facultad presente en una persona para realizar las actividades de la vida diaria sin necesidad de supervisión, dirección o asistencia (14). Para mantener esto es importante adecuadas intervenciones del personal de enfermería así como el autocuidado del adulto mayor, lo cual define Tobón O. como los cuidado que se proporciona la persona para mantener una mejor calidad de vida (15), lo que incluye la identificación de riesgos que puedan poner en peligro la salud, es importante resaltar que promover el autocuidado en el adulto mayor permite reducir su dependencia que incide directamente en su calidad de vida.

En este sentido el presente caso de estudio se refiere a una adulta mayor de 74 años de edad, con antecedente de Artritis reumatoide diagnosticado hace 2 años, según refiere, que asiste al Centro de Medicina Integral de la Universidad de Carabobo (CMIUC) que se encuentra en la comunidad de El Consejo, de la ciudad de Valencia del estado Carabobo, y en el que se atienden mensualmente un aproximado de 115 adultos mayores, de las zonas aledañas, en dicho centro de salud se pudo observar que en el lapso de seis meses se diagnosticaron 15 nuevos casos de artritis, reumatoide, y llama la atención el hecho de que todos los casos se presentaron en adultos mayores de sexo femenino, esto confirma su alta prevalencia en este sexo.

El objetivo de este trabajo fue evidenciar la experiencia, abordaje, manejo y evolución de la aplicación del proceso de enfermería a una Adulta Mayor con artritis reumatoide, mediante la incorporación de la actividad física como parte del autocuidado para el tratamiento integral de su patología, utilizando la teoría de Dorothea Orem, “Teoría General del Autocuidado” la cual explica el concepto de autocuidado como una contribución constante del individuo a su propia existencia. Una conducta que existe en situaciones concretas de la vida, dirigida por las personas sobre sí mismas, para regular los factores que afectan su funcionamiento en beneficio de su vida, salud o bienestar (4). Como objetivos específicos: Valorar el estado de salud de la adulta mayor, diagnosticar los problemas de salud de la adulta mayor, planificar las intervenciones de enfermería, ejecutar las acciones de enfermería y evaluar los resultados obtenidos. Tiene gran relevancia ya que su estudio pretende mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad además del gran aporte científico en el tratamiento integral de pacientes con artritis reumatoide.

Materiales y métodos

La presente investigación es de tipo, estudio de caso clínico, en este tipo de estudio se reconoce una manifestación poco usual y describe la experiencia clínica de un paciente o un número pequeño de pacientes (menos de diez) en cuanto a los signos y síntomas y a las respuestas a terapias o procedimientos diagnósticos y terapéuticos (16). El diseño es experimental de ensayo clínico, con este diseño se evalúan si un procedimiento terapéutico mejora la salud (16), y está enmarcada dentro de la línea de investigación del autocuidado y la salud del adulto. Para la selección del caso de estudio se aplicó un instrumento diagnóstico a 50 adultos mayores de la comunidad de la Castrera el cual medía datos demográficos, problemas funcionales, socioeconómicos y psicoafectivos, de igual manera en el (CMIUC) se revisaron 50 historias de salud de adultos mayores, que asisten a este centro médico. Por lo tanto la población estaba conformada por 100 adultos mayores, lo que representó el 100%; de esta población, se tomo una muestra de una persona, dicha muestra se selecciono a través del método aleatorio simple, y es el objeto de estudio en la presente investigación.

Una vez seleccionada la muestra, se realizo la visita domiciliaria, a la adulta mayor objeto de estudio, asimismo se elaboro la historia de salud correspondiente, además de ello se le solicito el consentimiento informado, a los fines de cumplir con los aspectos éticos correspondientes.

El caso a que se hace referencia trata sobre una Adulta Mayor de 74 años de edad, de Edo. Civil viuda, natural de Rio Caribe Edo. Sucre, residenciada en la comunidad de La Castrera, de la ciudad de Valencia del Estado Carabobo. con antecedentes de artritis reumatoide de 2 años de evolución, quien refiere tratamiento farmacológico con corticoides, analgésicos y antiinflamatorios, el cual no cumple con regularidad, ya que teme le causen adicción; mantiene una dieta balanceada y duerme 8 horas diarias, manifiesta dolor constante y rigidez en las articulaciones de las manos, rodillas y tobillos con predominio matinal, mareos, cervicalgia y rigidez del cuello, debido a lo cual realiza todas sus actividades con calma y lentitud, manifiesta realizarse automasajes varias veces al día, sobre todo en las manos, ya que le aterra que sus manos se deformen, cuando usa sandalias percibe que las personas se fijan en sus juanetes y se ríen, lo que le incomoda grandemente, por lo que usa calzado cerrado con regularidad. Como antecedentes importantes refiere intervención quirúrgica hace 40 años por fibromatosis uterina.

Se le realizó examen físico en sentido cefalocaudal, comenzando con la aplicación del Test Minimenta para medir la función mental. A la valoración musculo-esquelética: Dolor a la palpación en región cervical, con dificultad para flexionar o extender el cuello. Extremidades superiores: sin deformidad, con tumefacción y dolor en las articulaciones de las manos y muñecas. Extremidades inferiores: simétricas, bipedestación sin dificultad, marcha dolorosa, con tumefacción y signos de sinovitis en articulaciones de ambas rodillas, dolor a la compresión, sin edemas en región distal de las extremidades, pulsos pedios conservados, deformación en dedos hallux con predominio en pie izquierdo.

A La Valoración Funcional: La evaluación de la capacidad funcional en relación con la ejecución de actividades básicas de la vida diaria, se realizó mediante la aplicación de la escala de valoración del índice de Kazt, el cual considera aspectos como baño o lavado, vestido, acudir al servicio (o uso del retrete), movilización o desplazamiento, continencia (fecal y urinaria), alimentación. En segundo término la valoración de la capacidad funcional en las actividades instrumentales de la vida diaria se realizo por medio de la escala de Lawton y Brody. Esta evaluación tomo en cuenta actividades como capacidad para usar el teléfono, realizar compras, preparar la comida, el cuidado de la casa, el lavado de la ropa, utilizar el transporte, el manejo de los medicamentos y de los asuntos económicos.

Para valorar el nivel de dependencia en las actividades de la vida diaria, así como las actividades instrumentadas de la vida diaria se tuvieron en cuenta los siguientes criterios: Independiente: cuando el Adulto Mayor pueda realizarla por sí solo, sin ayuda de nadie, sólo con orientaciones. Dependiente: cuando necesite de otra persona para realizar la actividad. En ambos casos, se estableció un puntaje de 1 cuando estaba presente la capacidad y 0 cuando estaba ausente, siendo el máximo puntaje de independencia 6 en el caso de la actividades de la vida diaria y 8 en el caso de las actividades instrumentadas de la vida diaria y 0 el mayor grado de dependencia.

Mientras que para valorar el nivel de conocimiento sobre los aspectos básicos de su enfermedad se elaboro un test contentivo de 20 preguntas referentes a la enfermedad, asignándole a cada una un valor de ½ punto, para un total de 10 puntos si posee el máximo conocimiento. Dicho test se aplico al inicio del estudio y posterior a las sesiones educativas.

En el diagnóstico se estableció lo siguiente: Enfermedad actual: artritis reumatoide, concomitantes: dolor e inflamación en articulaciones, columna cervical y mareos.

Signos vitales: tensión arterial: 110/70 mmHg, pulso 84 LX´, temperatura: 36,5°, frecuencia respiratoria: 19 respiraciones por minuto.

Posteriormente a la valoración física se identificaron los siguientes diagnósticos:
• Falta de conocimiento relacionado con la enfermedad y su tratamiento.
• Dolor crónico relacionado con inflamación y rigidez articular.
• Deterioro de la movilidad relacionado con rigidez, inflamación y dolor articular.
• Riesgo de conservación defectuosa del hogar relacionado con rigidez articular.
• Trastorno del concepto de sí mismo y alteración en la imagen corporal relacionado con deformidad en las articulaciones.

En la etapa de planificación se elaboraron planes de cuidado de acuerdo a los diagnósticos encontrados, allí se establecieron todas las acciones de enfermería en el tratamiento de la adulta mayor, además se incluyo en la planificación sesiones de actividad física como herramienta para mantener la movilidad de las articulaciones, y por ende la capacidad funcional de la adulta mayor, todo ello con la finalidad de promover el autocuidado y mejorar su calidad de vida, que a fin de cuenta es el fin de la investigación.

En este sentido, en lo que respecta a la actividad física se estableció un programa de ejercicios el cual se debía iniciar con 5 a 10 minutos de calentamiento, además de ejercicios de estiramiento que consistían en estirar y mantener en esta posición determinadas articulaciones, durante 10 a 30 segundos para ayudar a mantener la función normal de la articulación incrementando y preservando la movilidad y flexibilidad de ésta. Fortalecimiento, que involucró ejercitar un músculo (o grupos musculares) contra una resistencia, y por último, condicionamiento el cual se refiere al ejercicio aeróbico, que mejora el rendimiento cardiovascular.

En la etapa de ejecución se indico a la adulta mayor la forma y horario, de la medicación, se desarrollaron las actividades físicas programadas diariamente, además de todas las acciones de enfermería establecidas en el plan de cuidado a los fines de lograr los objetivos planteados, posteriormente a la implementación se evaluaron los resultados.

Para evaluar los resultado obtenidos posterior a las intervenciones de enfermería se utilizaron las laminas Copp-Wonca, las cuales representan un cuestionario autoadministrado que comprende 6 ítems, cada uno con cinco respuestas posibles, que representan el estatus funcional del individuo siguiendo una escala ordinal, de manera que las puntuaciones más altas se corresponden con los estados de salud más desfavorables


Resultados

Para desarrollar este estudio previamente se establecieron los objetivos deseados, con cada una de las intervenciones de enfermería, para ello, se realizó el diagnóstico del adulto mayor, y se establecieron las estrategias y planes de acción; contando con la receptividad de la adulta mayor, quien cumplió con todas las actividades propuestas en la planificación, por lo cual la etapa de planificación y ejecución fueron satisfactorias. La adulta mayor comprendió el desarrollo de su enfermedad y que los cambios en su estilo de vida son necesarios para mantener la capacidad funcional.

De acuerdo a los resultados, del test Minimenta aplicado a la adulta mayor, evidenció que posee una función mental intacta.

En la valoración de la capacidad funcional en relación con la ejecución de actividades básicas el Índice de Kazt aplicado a la adulta mayor mostró como resultado (ver tabla Nro. 1), que la adulta mayor es independiente en la realización de todas las actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) así como en las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), de acuerdo a la escala de Lawton y Brody, (Tabla Nro. 2).

Tabla 1. Grado de dependencia en las actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), Índice de Kazt

Actividad - Puntaje
Lavarse - 1
Vestirse - 1
Comer - 1
Desplazarse/Caminar - 1
Ir al Servicio/Sanitario - 1
Continencia – 1

Total: 6

Fuente: Modelo de valoración actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD),
Índice de Katz.

Tabla 2. Grado de Dependencia en las actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), Escala de Lawton y Brody

Actividad - Puntaje

Capacidad para utilizar el teléfono - 1
Realizar compras - 1
Preparar la comida - 1
Cuidado de la casa - 1
Lavado de la ropa - 1
Uso de medios de transporte - 1
Responsabilidad respecto a su medicación - 1
Manejo de sus asuntos económicos - 1

TOTAL: 8

Fuente: Modelo de Valoración de Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), Escala de Lawton y Brody

En relación al grado de conocimiento sobre su enfermedad, aspectos básicos y evolución, el resultado fue un mayor grado de conocimiento después de las sesiones educativas. (Gráfico nº 1).

Gráfico Nº 1. Nivel de conocimiento sobre la Enfermedad

Grado de conocimiento sobre la enfermedad




Fuente: Test de aspectos básicos de la Artritis Reumatoide

En lo referente a los resultados obtenidos con el programa de actividad fisca a través del cronograma de ejercicios, los mismos muestran una disminución del dolor, (Grafico Nº 2).

Gráfico Nº 2. Intensidad del Dolor

Evolución del Dolor




Fuente: Informe subjetivo del dolor, Escala Descriptiva Simple.

Al evaluar el grado de movilidad, de acuerdo a lo manifestado por la adulta mayor en el ítem Nº 1 de las láminas Copp-Wonca (Grafico Nº 3) y la observación del investigador de las actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), se observa una evolución significativa en su movilidad y desplazamiento.
Gráfico Nº 3. Estado Funcional Copp-Wonca




Fuente: Laminas Copp-Wonca

Discusión, Evaluación.

Se analizaron y evaluaron las actividades propuestas las cuales la adulta mayor cumplió a cabalidad, observando resultados satisfactorios, en lo que se refiere al objetivo propuesto a través de la actividad física.

Por otro lado aún cuando la adulto mayor realiza sus actividades de la vida diaria de forma independiente, lo hace con dificultad, por lo cual, requería de una serie de acciones de enfermería que garantizarán su adecuada realización y la prevención de deterioro, dado que ninguna de las intervenciones terapéuticas son curativas, hay que considerarlas como paliativas, pues intentan aliviar signos y síntomas de la enfermedad, así como prevenir o retrasar la aparición de deterioro funcional, para que pueda seguir viviendo de manera independiente.

En cuanto al conocimiento que tenía el adulto mayor sobres su enfermedad, el mismo era escaso, sin embargo a través de las sesiones educativas se pudo lograr un nivel de conocimiento óptimo en relación a su enfermedad, en consecuencia comprendió la necesidad de realizar cambios en su estilo de vida, de acuerdo a sus necesidades y capacidades.

En lo que se refiere al dolor, nos encontramos con la dificultad para medirlo, debido a su naturaleza subjetiva y por su carácter multidimensional, en base a ello, nos apoyamos en lo que señala Díez M. quien refiere que el dolor es subjetivo; esto significa que nadie mejor que el propio enfermo sabe si le duele y cuánto le duele; por lo tanto, siempre tenemos que contar con el paciente al hacer la valoración del dolor (17). Por esta razón para su evaluación utilizamos la Escala descriptiva simple que mencionan Torregoza M. y Bugedo G., la cual, es un tipo de escala verbal que clasifica al dolor en 4, 5 o más categorías, como por ejemplo Intenso, Moderado, Leve o Ausente y corresponde al método de informes subjetivos de dolor (18).

En este sentido y considerando la información subjetiva del adulto mayor, se pudo evidenciar una disminución significativa del dolor, con una tendencia a minimizarse, sin embargo no se puede establecer que el dolor va a desaparecer, por otra parte en lapso que corresponde a la 4ta. Semana en la cual hubo un incremento del dolor manifestado por el adulto mayor, se pudo corroborar que no cumplió de manera idónea con el programa de actividad física durante esa semana. Este hallazgo tiene gran relevancia tomando en cuenta la investigación realizada por Redondo M., León L., Pérez M., y otros, (Madrid 2004), titulado Impacto De Las Enfermedades Reumáticas En La Calidad De Vida De Los Pacientes: Medición Y Comparación Entre El Dolor En Los Pacientes Con Artritis Reumatoide: Variables Psicológicas Relacionadas E Intervención, dicho estudio presentó una revisión y discusión sobre el dolor en pacientes con artritis reumatoide desde un enfoque psicológico y concluyeron que el dolor es un problema central en los pacientes con Artritis Reumatoide (11).

En cuanto a la movilidad de la adulta mayor, se incremento el rango de movilidad articular, al realizar sus actividades de manera más cómoda, a medida que transcurrían las semanas y se cumplía con el programa de actividad física, se observaba una mejor disposición al realizar las actividades cotidianas del día a día, mejora en la movilidad de las rodillas y tobillos, por lo tanto la actividad física ayuda a minimizar la rigidez de las articulaciones, esto a su vez, contribuye a minimizar el riesgo de conservación defectuosa del hogar; no se aprecia inflamación articular; y puede mover la articulación con libertad.

Sobre este aspecto, nuestro estudio muestra resultados similares a los obtenidos por Han A, Robinson V, Judd M, y otros, (Madrid 2004) quienes al realizar su investigación titulada El Tai Chi Para El Tratamiento De La Artritis Reumatoides, con la finalidad de Evaluar la efectividad y la seguridad del Tai Chi para el tratamiento de personas con artritis reumatoide. establecieron programas de ejercicios basados en el Tai Chi, y observaron que los participantes que realizaron Tai Chi tuvieron una mejoría significativa y clínicamente importante en la de la movilidad especialmente de la flexión plantar de tobillos.(19)

Por último tenemos las laminas Copp-Wonca, las cuales, por ser un instrumento de carácter subjetivo en el que la adulta mayor manifiesta su percepción acerca de los resultados, ofrece la ventaja de que manifieste su propia vivencia, el beneficio percibido resulta vivenciado, tangible, y ese es el tipo de información que interesaba recoger. En este sentido se observa una buena autovaloración de la salud y de los beneficios obtenidos, en parte se debe a la aceptación de ciertos síntomas, limitaciones y condiciones crónicas, como propias de un proceso de envejecimiento normal y no como procesos mórbidos, al respecto las laminas 2 y 4, evidencia una buena autoestima, dicha autoestima aparece como sentimiento positivo cuando hay autovaloración y aceptación (20), además, dado que la autoestima puede equipararse al autoconcepto y a la autoimagen, entendida esta como la valoración objetiva de sus habilidades y limitaciones, defectos y virtudes (20), podemos decir entonces, que la actividad física contribuye a mejorar el concepto que de si mismo tiene el adulto mayor. Sin embargo no podemos establecer que se mantenga una alta autoestima si se presentan nuevos cambios, relacionados con el proceso de envejecimiento o con el desarrollo de su patología, aún cuando se espera que esto sea así, ya que la adulta mayor conoce y acepta ambos procesos.

Así también una alta autoestima disminuye la probabilidad de que aparezcan trastornos depresivos, esto es importante ya que el adulto mayor es propenso a sufrir depresiones y pérdida de la autoestima. Mosquera M., Salazar Y., (Ciudad Bolívar 2008), realizaron un estudio titulado Frecuencia De Trastornos Depresivo Mayor Y Su Influencia En El Pronóstico De Pacientes Con Artritis Reumatoide, y evaluaron 76 pacientes con diagnóstico de artritis reumatoide, observando que el 13,3% de los pacientes presentan clínica severa de Trastorno Depresivo Mayor, 30,3% depresión moderada (13). Finalmente las láminas 3,5 y 6, demuestran que la adulta mayor valora de manera positiva los beneficios percibidos con la actividad física.

Conclusiones

Concluimos pues, que los beneficios percibidos confirman que la actividad física en el adulto mayor contribuye a disminuir dolores, calambres y entumecimientos; al fortalecimiento de las piernas y el cuerpo en general, de igual forma, a mantener la movilidad de las articulaciones y conservar su capacidad funcional. De esta manera se cumple con el objetivo del presente estudio ya que las acciones de enfermería están enfocadas a evitar o retrasar la aparición de deterioro funcional, para que pueda seguir viviendo de manera independiente y socialmente integrada en su domicilio, tomando en cuenta que la edad y la artritis muestran una asociación directa con la probabilidad de tener dificultad para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria.

Por otro lado, y dado que se aprecia que la adulta mayor, expresa una buena valoración de su salud física y mental, según el análisis de las laminas Copp-Wonca, que se utilizaron para la autovaloración, se puede concluir también que la actividad física mejora el estado de ánimo, ofrece distracción, contribuye a la salud mental y favorece la interacción social del adulto mayor con su comunidad. su salud física y mental, se puede concluir entonces que la actividad física mejora el estado de ánimo, ofrece distracción, contribuye a la salud mental y favorece la interacción social del adulto mayor con su comunidad.

En general se puede concluir que la actividad física contribuye de manera significativa a mantener la funcionabilidad de las articulaciones, por ende, la independencia funcional del adulto mayor, mejora la autoestima, mantiene la movilidad articular, disminuye el dolor, y en general contribuye a mejorar la calidad de vida del adulto mayor con artritis reumatoide, no se pudo demostrar que la actividad física pueda derivar en ausencia total del dolor articular.

Recomendaciones

Considerando que no existen maniobras que permitan prevenir la aparición de la artritis reumatoide, los objetivos del adecuado manejo de la artritis reumatoide son el poder realizar un diagnóstico precoz e iniciar una terapia efectiva lo antes posible, además hay que considerar que en la mayoría de los casos se trata de una enfermedad crónica, por ello un aspecto importante es que la persona acepte su enfermedad, aprenda a vivir con ella y se transforme en un colaborador activo en su tratamiento y la toma de decisiones. De esta manera se podrán aliviar las molestias, mantener una función normal y prevenir o minimizar el daño estructural.
1. Se recomienda instruir conocimiento a la adulta mayor sobre su enfermedad, evolución y tratamiento necesario.
2. Indicar al adulto mayor la necesidad de modificar su estilo de vida, con la finalidad de proteger las articulaciones que puedan estar comprometidas.
3. Indicar al adulto mayor sobre los beneficios que otorga la actividad física y la ayuda que proporciona para mantener la independencia funcional de las articulaciones.
4. Incorporar la actividad física como parte integral del tratamiento de la artritis reumatoide., ya que esta, ayuda prevenir la discapacidad funcional de las articulaciones.
5. Fomentar en el adulto mayor el concepto de autocuidado, a través de sesiones educativas que les permitan conocer su enfermedad, su desarrollo y aprendan a vivir con ella.
6. Orientar a los familiares de personas con artritis reumatoide, principalmente si es un adulto mayor, a cerca de la evolución de la enfermedad, y los cuidados óptimos y necesarios que el adulto mayor requiere.
7. Fomentar en el adulto mayor el cumplimiento del tratamiento farmacológico prescrito, aun cuando no se sienta ningún tipo de mejora, ya que los medicamentos ayudan a prevenir el curso degenerativo de la enfermedad.

"Más importante que añadir más años a la vida, es dar más vida a los años".

BIBLIOGRAFÍA

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(14) Giraldo C, Franco Gloria., Capacidad funcional y salud: orientaciones para cuidar al adulto, 2008.
(15) Tobón O., El autocuidado una habilidad para vivir. Caldas Colombia.
(16) León E, Suárez P, Pérez C., Desarrollo de propuestas de investigación en las ciencias de la salud, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1ra- Edición, 2004.
(17) Muñoz J., Manual del dolor agudo postoperatorio, 2010, Editorial Ergon, disponible en
(18) Toregoza S, Bugedo G., Medición del dolor. Chile 1994.
(19) Han A, Robinson V, Judd M, Taixiang W, Wells G, Tugwell P., (Madrid 2004) El Tai Chi Para El Tratamiento De La Artritis Reumatoides.
(20) Rivera L., (2008). El cuidado al Paciente Cardiovascular en Situaciones que Generan un gran Sentimiento de pérdida, amenaza, temor o muerte.




Fraternalmente

Luis Antonio, Romero Yahuachi

miércoles, 21 de diciembre de 2011

AMPUTADOS DE MIEMBRO INFERIOR




HISTORIA
HERODOTO narra el hecho histórico de una primera amputación y posterior tratamiento protésico, llevada a cabo por el soldado persa HEGISTRATUS, que se amputa a sí mismo un pie para liberarse de los grilletes y, más tarde, se confecciona en madera su miembro amputado. Pero quizá la prótesis más antigua que ha llegado hasta nosotros fue la encontrada en Capua, en 1858, y que construida con hierro y madera, se supone fue fabricada alrededor del año 300 antes de Cristo.
Son especialmente los armeros y herradores los que durante el siglo XIV fabrican prótesis para los caballeros. Así, la llamada Mano de Alt-Ruppin, en hierro, encontrada en 1863 en el río Rhin y que, dotada de un pulgar rígido, permite flexionar los restantes dedos, por pares, sobre la palma.
Si bien HIPÓCRATES establece los puntos esenciales para toda amputación, como la ligadura del muñón, durante la Edad Media estas indicaciones son olvidadas y la hemostasia en los amputados se logra por machacamiento del muñón o por introducción del mismo en aceite hirviendo. AMBROSIO PARÉ reintroduce el empleo de las ligaduras, enfatiza la importancia de extirpar todo tejido muerto y en su tratado “Arcabuces y otras armas de fuego” (1522 ó 1554?) describe el síndrome de post amputación, estableciendo las diferencias del dolor antes y después de la amputación con el dolor psicogénico. Las técnicas de las ligaduras serán perfeccionadas por MOREL que al especificar el empleo del torniquete cambiará el futuro de los amputados y elevará considerablemente su índice de supervivencia. Y el mismo PARÉ diseñaría prótesis, siendo uno de sus modelos el primero que se conoce en la historia
de la medicina para amputaciones de muslo.
VERDUIN (1696) ideó la primera prótesis con articulación libre de rodilla, y JAMES POTT, en 1800, empezaría la construcción de prótesis de madera, contra la opinión general de fabricarlas en hierro, por lo que su peso impedía toda función eficaz. POTT añadió a sus prótesis de madera, articulaciones de rodilla en acero y un pie articulado provisto de tendones que efectuaban una elevación dorsal del mismo al flexionar la rodilla (esta prótesis fue utilizada y divulgada por el marqués de Anglesea, por lo que se la conoce como la «pierna Anglesea»).
La aparición de la anestesia mejoró considerablemente la técnica de la amputación.
Durante la Primera Guerra Mundial, el gran número de amputados apenas estimuló el desarrollo de nuevas prótesis y quizás el único avance fue el llegar a conocer la necesidad de una buena adaptación y alineamiento de la prótesis para conseguir su máxima eficacia.
La Segunda Guerra Mundial supuso el nacimiento y desarrollo de las técnicas de rehabilitación del amputado y, la implantación de leyes de seguridad social en muchos países, incrementó la posibilidad de obtener y utilizar permanentemente una prótesis en buenas condiciones. Ello ha motivado el interés industrial por la construcción de prótesis y la aparición de nuevos adelantos protésicos como los encajes de succión y los mecanismos hidráulicos, neumáticos y eléctricos.

INTRODUCCIÓN

La amputación es un tipo de intervención que se realiza hace siglos con el objetivo de reducir la invalidez, eliminar extremidades inútiles y salvar vidas.
Se reconoce actualmente que el tratamiento de la persona amputada abarca no solo la cirugía, sino también la restauración de la función y el ajuste de un miembro artificial.
El tratamiento global del amputado debe considerarse como un proceso dinámico continuo, que comienza en el momento de la lesión y continua hasta que el paciente ha alcanzado la máxima utilidad de su prótesis y es capaz de realizar las actividades esenciales de la vida diaria y de ocupar un empleo-
Se sabe que las amputaciones de miembros inferiores son 7 u 8 veces más frecuentes que las de miembro superior. La fisioterapia interviene de manera activa durante el entrenamiento de estos pacientes amputados de extremidades inferiores para su rehabilitación.

CONCEPTOS

Amputación:

La palabra amputación viene del latín amputatio que significa separación de un miembro o parte del mismo, de una parte saliente del cuerno
Es el corte y separación de una extremidad del cuerpo mediante traumatismo (también llamado avulsión) o cirugía. Se distingue entre:

1. Amputación de partes blandas (p. ej., amputación de mamas)-
2. Amputación de extremidades (p. ej., muslo).

La amputación de miembro inferior puede ser unilateral o bilateral. Si la amputación se realiza en una articulación, se denomina “exarticulación o desarticulación”.
Después de una amputación, prácticamente el 100% de las personas experimenta la sensación de miembro fantasma, que suele describir como la percepción de que el miembro amputado todavía está presente.
Muñón: Porción de un miembro amputado, comprendida entre la superficie de sección y la articulación próxima. La forma ideal del muñón es cónica.
Prótesis: Es una extensión artificial que reemplaza o provee una parte del cuerpo que falta, el principal objetivo de una prótesis es sustituir una parte del cuerpo que haya sido perdida por una amputación, además se suele utilizar con fines estéticos.

LAS CAUSAS MÁS FRECUENTES DE LA AMPUTACION DE MIEMBRO INFERIOR:
- Trastornos de la circulación sanguínea p. ej., arteriosclerosis, diabetes mellitus, ulcus cruris (ulcera indolente varicosa de la pierna), obstrucción de las arterias (p. ej., “pierna de fumador”)-
- Traumatismos (p. ej., avulsión, sección, explosión, aplastamiento)-
- Herida causada por arma de fuego-
- Pseudoartrosis infectada-
- Quemaduras-
- Congelaciones-
- Enfermedades cancerosas-
- Infecciones (p. ej., gangrena gaseosa, tuberculosis)-
- Inflamaciones (p. ej., osteomielitis)-
- Deformidades congénitas graves
TIPOS DE AMPUTACION DE MIEMBRO INFERIOR

Se reconocen los siguientes tipos de amputación en los miembros inferiores:
Amputación de dedos
Amputación parcial de pie (Chopart, Lisfranc)
Desarticulación del tobillo (Syme, Pyrogoff)
Amputación debajo de la rodilla (transtibial)
Amputación en la rodilla (desarticulación de la rodilla)
Amputación arriba de la rodilla (transfemoral)
Rotación de Van-ness (Rotación del pie y reimplantación de forma que la articulación del tobillo se utiliza como rodilla.)
Desarticulación de la cadera
Amputación en la pelvis

EVALUACION DEL PACIENTE AMPUTADO

La evaluación de las personas con amputaciones supone mucho más que limitarse a elegir un sustituto para la parte del cuerpo perdida, es preciso valorar el estado de salud general del paciente.
1-Como llega el paciente a la consulta.
2-Síntomas objetivos
a) Tipo de cicatriz: el tipo de cicatriz ideal es transversa media-
b) Forma del muñón: Cónico, .Puntiagudo, Globuloso, Deforme, Rectangular-
c) Niveles de Amputación:
-1/3 superior
-1/3 medio
-1/3 inferior
- Desarticulado
3- Síntomas subjetivos: Son todos aquellos que el paciente refiere (Puntos dolorosos, sensaciones fantasmas, calambre, Hormigueo…)
4) Sensibilidad: Respuesta fisiológica del organismo a los diferentes estímulos-
5) Valoración Articular: Se prueba de forma pasiva, llevando el segmento hasta su máximo desplazamiento del arco articular-
6) Valoración Muscular: Veremos si el paciente realiza los movimientos venciendo máxima, moderada o mínima resistencia, o si lo realiza libremente-
7) Examen pre-protésico: Se le realiza al paciente unilateral. Observamos lo que es capaz de realizar sin su prótesis rehabilitadora dentro de las paralelas-
8) Examen Protésico o Ambulatorio: El paciente ya posee su prótesis y es llevado a las paralelas, observamos si presenta buena postura, estabilidad y equilibrio.
9) Pautas de tratamiento- Esta se determinara según lo que arroje el examen físico.

TRATAMIENTO REHABILITADOR

En la práctica diaria, ha resultado útil dividir el programa de rehabilitación de los pacientes amputados en cuatros fases:
1-Fase pre quirúrgica o pre-operatorio
2-Fase quirúrgica-
3-Tratamiento pre-protésico
4-Tratamiento protésico
1- Fase pre quirúrgica o pre-operatorio
En condiciones ideales, el tratamiento de rehabilitación comienza antes de la amputación real.
Profilaxis de Neumonía
- Terapia respiratoria
- Frecuentes cambios de Postura
Profilaxis de la trombosis
- Vendaje de las piernas / medias anti embolia
- Isometría
- Series de movimiento de forma intermitente
-Estimulación de la circulación sanguínea
-Series de movimiento de forma intermitente
Movilización
- Tratamiento de las contracturas
- Estiramientos musculares: flexores de la cadera, aductores de la cadera
- Movimiento activo
- Movimiento asistido
- Movimiento pasivo
Estabilización
- Fortalecimiento de la extremidad inferior
- Fortalecimiento del tronco
- Fortalecimiento de la extremidad superior
Preparación para la reeducación de la marcha
- Aprender a andar con prótesis pre amputación (medio de ayuda: espejo)
Aprendizaje del uso
- Ejercicios de caída
- Conocimiento de la prótesis

2 -Fase quirúrgica

Es importante tener en cuenta por parte del cirujano, que el nivel de amputación sea el adecuado para cada tipo de paciente y que ese muñón quede con las condiciones para que se pueda realizar una correcta rehabilitación.
3 -Tratamiento rehabilitador en la etapa pre-protésica:

Si el entrenamiento no se inicia antes de la cirugía, debe realizarse tan pronto como sea posible después de la operación. Los objetivos en esta etapa son conseguir una independencia funcional respecto a los auto cuidados y la movilidad sin una prótesis, así como preparar al paciente y a su miembro residual para el uso de la prótesis.

Esta preparación se logra mediante:
- Aprendizaje de la realización del vendaje del miembro residual para conseguir y dar la forma deseada al muñón.
- Ejercicios fortalecedores del muñón-
- Ejercicios para ampliar y conservar arco articular-
- Golpeteo del muñón en saco de arena
- Mecanoterapia: Mesa de poleoterapia-
- Ejercicios en el colchón para fortalecimiento de cuello, tronco y miembros superiores; desarrollo del equilibrio y de independización-
- Ambulación: Corrección postural frente al espejo, training de marcha entre paralelas, entrenamiento de la marcha con banquillos, muletas y otros aditamentos utilizados para la marcha dentro y fuera de paralelas, cuclillas con miembro indemne y entrenamiento del equilibrio-
-Medicina física si lo requiere
-Se puede dar masaje suave en el miembro residual distal para evitar adherencias cicatriciales y proporcionar aferencias táctiles y desensibilización ante el dolor.

4-Desarrollo de la etapa protésica:
Cuando el paciente ha alcanzado buena fuerza muscular, buena configuración del muñón y no presenta complicaciones pasamos a la etapa protésica-
Una vez que el paciente ha recibido la prótesis, necesitará nuevo entrenamiento para aprender a funcionar adecuadamente con el aparato.

En los pacientes que han sido sometidos a una amputación de la extremidad inferior, el enfoque se dirige a conseguir un patrón de marcha suave y simétrica, para lograr el máximo rendimiento energético y el mejor aspecto estético.
Una vez conseguida la adaptación de la prótesis y realizado el entrenamiento del paciente, el resultado funcional suele ser bueno-
Primera fase:

• Aprender a colocarse y quitarse correctamente la prótesis con instrucciones para aumentar progresivamente la tolerancia a su uso.
• Intensificar los ejercicios de equilibrio sobre las prótesis antes de intentar cualquier tipo de marcha (permanecer de pie y transferir el peso corporal a la prótesis y mantener el equilibrio)
• Patrones estáticos de la marcha y postura (utilizar el muñón para mover la prótesis y establecer un patrón de marcha)
• Corrección postural frente al espejo-
• Balanceo laterales y antero posteriores-
• Adiestrar en las distribuciones del peso del cuerpo sobre ambos miembros inferiores.

Segunda fase:

• Patrones dinámicos de la marcha y posturas entre paralelas-
• Entrenamiento de la marcha entre paralelas con prótesis rehabilitadora-
• Corregir postura frente al espejo-
• Adiestrar en el uso de ayuda ortopédica para la marcha. (Utilización y destreza en el manejo de bastones)
• Corregir fases de la marcha.

Tercera fase:

• Patrones dinámicos de la marcha y postura fuera de las paralelas, en planos irregulares. (Marcha en zigzag, marcha lateral, marcha sobre huellas...)-
• Training de marcha por terrenos planos con incremento progresivo de distancia-
• Disminuir paulatinamente el uso de ayuda ortopédica para la marcha.

Cuarta fase:

• Patrones dinámicos de la marcha y postura de las paralelas por terrenos irregulares.
• Marcha por terrenos irregulares (Marcha con braceo, marcha con obstáculos, elevación y descenso de escaleras….)
• Subir y bajar escalones y planos inclinados-
• Adiestrar en la incorporación desde el piso (caídas) primero en colchón y después en césped.

EJEMPLOS DE EJERCICIOS PARA EL ADIESTRAMIENTO PROTÉSICO

Tanto en amputados unilaterales, como dobles, y aparte de las actividades específicas que cada caso dicte, pueden desarrollarse estos ejercicios, la mayoría se ejecutan entre las paralelas, frente al espejo.

1. Entre las paralelas. Apoyo alternado en cada extremidad. Ir reduciendo la ayuda de las manos hasta anularlas.
2. Entre las paralelas. Flexiones de tronco hacia adelante y extensiones lentas del mismo.
3. Sentarse y levantarse de una silla.
4. Elevar la pelvis de uno y otro lado, despegando el pie correspondiente del suelo.
5. De pie. Flexionar alternativamente la prótesis y el lado sano por la cadera y rodilla.
6. De pie, brazos a los lados. Flexoextensión de cuello al máximo mientras el resto del cuerpo permanece en descanso.
7. De pie. Pies separados 5 cm., inclinarse hacia delante sobre el eje de los tobillos.
8. De pie, pie sano adelantado, peso descargado sobre prótesis atrasada. Hacer que la prótesis se flexione suavemente por la rodilla y se adelante con el mínimo esfuerzo del muñón.

9. De pie. Prótesis adelantada, peso descargado sobre la extremidad indemne. Transferir el peso sobre la prótesis y adelantar el pie sano (si es necesario, podrá asistirse con las manos sobre las paralelas).
10. De pie. Apoyo total sobre la prótesis. Elevar la pelvis indemne.
11. Andar de lado con pequeños pasos flexionando ligeramente la prótesis.
12. De pie, pies separados 5 cm. Peso sobre el lado indemne. Elevar la prótesis flexionando la cadera: hacer lo mismo con la pierna sana, mientras el peso corporal se descarga sobre la prótesis.
13. Marcha de espaldas. Cuando el pie protésico se coloca detrás de la rodilla ésta queda bien bloqueada, pero cuando el pie retrasado es el sano, la rodilla protésica puede claudicar.
14. Agacharse y elevarse (sobre la extremidad indemne).
15. Aprender a tirarse sobre la colchoneta, de frente, de lado y de espaldas.
16. De pie. Oscilar hacia los lados hasta perder el equilibrio, apoyándose sobre la prótesis..., girar entonces el cuerpo 90º y adelantar el pie sano (el giro se hace sobre la prótesis).
17. De pie. Separación de los pies dos pulgadas. Elevar el pie protésico y cruzarlo por delante de la pierna sana. Hacer lo mismo con la extremidad indemne por delante de la prótesis.
18. Seguir una línea sobre el suelo.
19. Pasar obstáculos sobre el suelo (tirando con rapidez de la prótesis hacia atrás inmediatamente antes de flexionar la cadera, se obtiene una flexión más intensa que sirve para salvar los obstáculos).
20. Andar sobre un plano inclinado (de lado, con la prótesis sobre la parte baja del plano).

DEFECTOS DE MARCHA DURANTE EL EMPLEO DE PRÓTESIS DE EXTREMIDAD INFERIOR

El amputado de extremidades inferiores viene a presentar ciertas dificultades en su marcha que el rehabilitador no debe olvidar desde el momento en que le van a plantear problemas rehabilitativos con bastante frecuencia.

En general, entres otras dichas dificultades suelen ser ordinariamente las siguientes:

1. Falta de la musculatura del tobillo.
2. Falta de gastronemio.
3. Falta de transmisión de peso por la tibia en amputados por debajo de la rodilla-
4. Cuando el peso cae sobre la prótesis, los abductores de cadera de ese lado entran en acción paca equilibrar la pelvis.
5. Extensores de cadera.
6. Miedo a la caída lateral
7. Marcha rápida

1. PIE

a. Rotación del pie. Interna o externa. Si la amputación es por encima de la rodilla, puede deberse a tensión muscular por un eje mal adaptado. En otro caso, se deberá a un mal alineamiento protésico.
b. Falta de simetría en la longitud de los pasos. Por mal desarrollo del equilibrio y sensación de inestabilidad, escaso entrenamiento fisioterápico, debilidad muscular dolor, mal alineamiento de la prótesis, contracturas en flexión del muñón.
c. Aumento de la base de sustentación. Suele ser natural en niños y amputados dobles. En otro caso se deberá a un mal alineamiento protésico.
d. Elevación excesiva del talón sobre el suelo por poca resistencia en la articulación de la rodilla. (Por debilidad de los flexoextensores de rodilla)
e. Marcha de puntillas sobre la pierna indemne como resultado de: prótesis muy larga, excesiva acción de pistón en la fase de pendulación, miedo a tropezar la prótesis e intento de aumento de la velocidad de marcha.

2. RODILLA

a. Hiperextensión brusca de rodilla durante la fase de balanceo y antes de llegar el talón al suelo como resultado de un eje de rodilla demasiado libre.

3. CADERA

a. Marcha en abducción. La prótesis se coloca en abducción durante la fase de apoyo por molestia o dolor. La abducción de la prótesis durante la fase de avance puede ser debido a: inseguridad en la marcha por miedo a un fallo de la articulación de la rodilla, por debilidad del glúteo medio del lado sano, por lo que la pelvis desciende en el lado de la amputación y la prótesis «parece más larga», por contractura intensa de abductores de cadera en el lado de la amputación.
b. Marcha en circunducción como resultado de una debilidad de flexores de cadera o molestia en parte anterior de cadera en amputaciones por encima de la rodilla.

4. TRONCO

a. Inclinación lateral del tronco hacia el lado de la prótesis al apoyarse en la misma. Puede ser debido a una contractura de abductores de cadera, por dolor, por escaso desarrollo muscular del muñón, por mal alineamiento o defecto en la longitud de la prótesis.
b. Flexión de tronco excesiva durante la bipedestación o lordosis debido a contractura de flexores de cadera.

5. BRAZOS

a. Braceo desigual. El brazo del lado sano permanece muy cerca de la cadera y el del lado de la amputación bracea demasiado. Este fenómeno es natural en amputaciones por encima de la rodilla y desarticulaciones de cadera (salvo si es muy exagerado). Puede producirse por un muñón doloroso, en cuyo caso también se acompaña de inclinación lateral del tronco.
b. Acción de pistón exagerada del muñón, cuando el encaje es demasiado holgado o inadecuada suspensión de la prótesis.

COMPLICACIONES EN LA AMPUTACIÓN

Con independencia de las complicaciones directas por una técnica quirúrgica deficientemente elegida o practicada, o las complicaciones generales que la intervención puede suponer en algunos paciente dadas sus condiciones, el muñón puede presentar alteraciones físicas o funcionales que supongan una complicación para la ulterior rehabilitación del paciente.
• La degeneración del muñón se presenta —con muy diverso grado— en todos los casos. Pueden observarse alteraciones degenerativas en los músculos o fragmentos musculares residuales, sobre todo atrofia de fibras musculares acompañadas de proliferación de núcleos, miolisis, desintegración e infiltración grasa. Estos trastornos se originan por los daños anatómicos durante la intervención quirúrgica, la cicatrización y las atrofias por denervación. La contracción vascular refleja también influye en la atrofia. También suele ser característica la aparición de miofibrillas anulares alrededor de las fibras musculares (APATENKO). La atrofia progresiva puede hacer inútiles los encajes de las prótesis, los cuales es necesario modificar o rellenar de forma constante. Las técnicas mioplásticas para la amputación disminuyen considerablemente este peligro.
• Las contracturas musculares como complicación, con características de unos malos cuidados del muñón. Muchas veces su presentación supondrá el fracaso absoluto de todas las posibilidades protésicas. Suelen evitarse si el paciente de forma muy precoz ha sido sometido a cuidados posturales y cinesiterápicos específicos.
• Los trastornos circulatorios del muñón se presentan como consecuencia de enfermedad vascular periférica, mala adaptación de la prótesis, presiones mantenidas, ulceraciones y dermatitis congestivas o mala higiene. El tratamiento será causal, no olvidándose la práctica de ejercicios activos por parte del paciente.
• Los trastornos dérmicos pueden constituir un peligroso «handicap» para el empleo de prótesis, por que el diagnóstico y tratamiento de estas afecciones debe ser muy precoz. Son frecuentes los edemas, dermatitis de contacto (por sustancias tipo goma, plásticos, lacas, resinas, etc.), quistes epidermoides, piodermias (foliculitis y forunculosis), infección por hongos, dermatitis intertriginosa, úlceras crónicas, hiperplasia verrugosa, tumores y casos especiales de acné, dermatitis seborreica, eczema y psoriasis. Se practicará una higiene acentuada empleando jabones con hexaclorofeno. Conviene efectuar este lavado por la noche sin olvidar la limpieza diaria del encaje protésico. Tampoco se olvidará la vigilancia de las presiones sobre el muñón.
• Los síndromes dolorosos pueden ser una de las peores complicaciones del amputado, desde el momento en que su presentación altera considerablemente las capacidades rehabilitativas físicas y psicológicas del enfermo. El lumbago que se presenta en algunos amputados unilaterales de extremidad inferior no constituye complicación grave desde el momento en que no suele aparecer durante la marcha, sino en la bipedestación estática algo prolongada (LAMMERS). Por lo general, es motivado por alteraciones vertebrales debidas al empleo de una prótesis corta. En ocasiones, el dolor fantasma o el miembro fantasma doloroso es una complicación casi absolutamente incapacitante, pudiéndose presentar en cualquier extremidad amputada.


CLASIFICACIÓN FUNCIONAL DE LOS AMPUTADOS

(Según RusK) (Para amputados de extremidades inferiores).
Grupo I
Restablecimiento completo, equivalente a la normalidad. Puede desarrollarse el trabajo anterior sin limitaciones, así como los deportes y la vida social tan normalmente como antes de la amputación.
Grupo II
Restablecimiento parcial. La capacidad funcional es completa, pero no hará trabajos pesados. Puede bailar y caminar menos tiempo. No puede participar en algunas actividades como el tenis o el golf.
Grupo III
Independencia general completa. Actividades generales normales. Empleo que no exija permanecer mucho tiempo de pie ni caminar. No pueden bailar, transportar cosas pesadas ni andar mucho. Pueden ser independientes y vivir con la familia. Necesitan cambios frecuentes en los encales protésicos.
Grupo IV
Autonomía limitada. Se sienten mejor sin prótesis. Necesitan cierta ayuda ajena para las escaleras y salidas a la calle. Pueden viajar.
Grupo V
Prótesis estética. No pueden satisfacer sus necesidades personales.
Grupo VI
Prótesis impracticable. Hay que entrenarle para que se independice en la silla de ruedas.

CONCLUSIÓN

Una de las metas principales para los amputados de miembros inferiores será aprender a caminar de nuevo. Este dependerá de muchos factores, como su edad, y su nivel de energía, pero probablemente volverá a aprender esta destreza poco después de la cirugía a través de los entrenamientos rehabilitadores.

Durante este período, el paciente va a tener que trabajar con muchos fisioterapeutas. Sus esfuerzos y los de sus terapeutas le ayudarán a aprender a andar de nuevo. Sus terapeutas también le ayudarán a fijarse metas y a preparar un plan de rehabilitación basado en sus necesidades.

TERMINOLOGÍA UTILIZADA.-
POLEOTERAPIA.- La poleo terapia se utiliza como método de reeducación motriz, que no requiere más que una instalación en extremo sencilla ya que se compone casi exclusivamente de cuerdas y poleas. Las posibilidades de montaje que ofrece en todos los planos, ayudan al especialista a realizar rápidamente, con precisión geométrica y poco gasto, la reeducación de movimientos de todas las articulaciones de los miembros y del tronco. El método permite proceder a todos los tipos de movilización activa y pasiva con la mayor delicadez y con perfecta progresividad, por lo tanto la polea y la suspensión son utilizadas conjuntamente puesto que su aplicación hace posible una variada gama de movimientos.

http://rehabilitacion.sld.cu/
http://www.efisioterapia.net/articulos/leer.php?id_texto=545