lunes, 10 de septiembre de 2012

¿HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE?



CASADO O NO... ¡¡¡DEBES LEER ESTO!!!
Cuando llegué a casa esa noche, mientras mi esposa me servía la cena, le tome su mano y le dije, tengo algo que decirte... Ella se sentó y comió callada... La observe y vi el dolor en sus ojos... De pronto, no sabía cómo abrir mi boca, pero tenía q decirle lo q estaba pensando: "quiero el divorcio"... Ella no parecía estar disgustada por mis palabras y me preguntó suavemente: ¿por qué? Esa noche no hablamos, y ella lloraba... Yo sabía q ella quería saber q estaba pasando con nuestro matrimonio, pero no pude contestarle... Sucedió que ella había perdido mi corazón a causa de otra mujer llamada Juana. Yo ya no amaba a mi esposa,... ¡Solamente le tenía lástima!
Con un gran sentido de culpabilidad, escribí un acuerdo de divorcio y en este acuerdo ella se quedaba con la casa, el carro y el 30% de nuestro negocio. Ella miró el acuerdo y lo rompió en pedazos! Ella pasó 10 años de su vida conmigo y éramos como extraños! Yo le tenía lástima, por todo su tiempo perdido, su energía, pero ya no podía cambiar,... ¡Yo amaba a Juana! De pronto empezó a gritar y a llorar, como para desahogarse... La idea del divorcio ahora era aún más clara para mí...

El próximo día llegué a casa y la encontré escribiendo en la mesa... No cené y me fui a dormir, estaba muy cansado de haber pasado el día con Juana... Cuando desperté, todavía estaba mi esposa escribiendo en la mesa... No me importó, me viré y seguí durmiendo... Por la mañana, mi esposa me presentó sus condiciones para el divorcio: no quería nada de mí, pero necesitaba un mes de aviso antes del divorcio... Me pedía en el divorcio que por un mes tendríamos q vivir como si nada hubiera pasado y llevarnos normal... Su razón era simple: nuestro hijo tenía todo ese mes exámenes y no quería molestarlo con nuestro matrimonio quebrantado...
Yo estuve de acuerdo, pero ella tenía otra petición: q me acordara cuando yo la cargue a nuestro cuarto el día que nos casamos... Me pidió q, por ese mes, ¡todos los días la cargara del cuarto hasta la puerta de salida de la casa! Pensé q se estaba volviendo loca... Pero para q la fiesta fuera en paz, acepté. Le conté a Juana lo q mi esposa me pidió y Juana se reía en voz alta y dijo q era absurda esa petición, que no importaba q truco mi esposa usara, tendría q darle la cara al divorcio... Mi esposa y yo no teníamos contacto físico desde q expresé mis intensiones de divorcio, así q cuando la cargué el primer día, hasta la puerta del frente, los dos nos sentimos mal...

Nuestro hijo caminaba detrás aplaudiéndonos y diciendo: papá está cargando a mi mami en sus brazos! ... Sus palabras me dolieron mucho... Caminé los 10 metros con mi esposa en mis brazos. Ella cerró los ojos, y me dijo, en voz baja: no le digas a nuestro hijo del divorcio, por favor... Asentí con el cabeza, un poco disgustado, y la bajé cuando llegué a la puerta,... Ella se fue a esperar el transporte para ir al trabajo. Yo manejé solo al trabajo...
El segundo día, los dos estábamos más relajados, ella se apoyó en mi pecho y pude sentir su fragancia en su blusa... Me di cuenta q hacía tiempo que no la miraba detenidamente. Me di cuenta que ya no era tan joven, tenía algunas arrugas, algunas canas...! Era notable el daño de nuestro matrimonio! Por un momento pensé y me pregunté: ¿q fue lo que le hice?
El cuarto día, la cargué, sentí que la intimidad estaba regresando entre ambos ... Esta era la mujer que me dio 10 años de su vida, de su juventud ... En el quinto y sexto día, seguía creciendo nuestra intimidad... No le dije nada a Juana al respecto. Cada día era más fácil cargar a mi esposa y el mes se iba corriendo... Pensé q me estaba acostumbrando a cargarla, y que tal vez era por eso que se me hacía cada vez menos notable el cargar el peso de su cuerpo...


Un mañana ella estaba mirando q ponerse,... Se había probado muchos vestidos, pero no le servían! Quejándose dijo: mis vestidos se han puesto grandes y fue ahí q me di cuenta q estaba muy delgada! Y era esa en realidad la razón por la que yo ya no sentía su peso al cargarla... De pronto me di cuenta q se había enterrado mucho en el dolor y la amargura ... Sin darme cuenta, le toque su cabello ... Nuestro hijo entró al cuarto y dijo: papá llegó el momento de q cargues a mamá hasta la puerta ... Para mi hijo, ver a su padre, día tras día, cargar a su mamá hasta la puerta, se había convertido en una parte esencial de su vida ... Mi esposa lo abrazó, yo viré mi cara ... Sentí un gran temor q cambiaría mi forma de pensar sobre el divorcio ... Ya cargar a mi esposa en mis brazos hasta la puerta, se sentía igual que el primer día, el día de nuestra boda ... Ella acariciaba mi cuello natural y suavemente ... Yo la abrazaba fuertemente, igual q nuestra noche de bodas... La abracé y no me moví, pero la sentí tan livianita y delgada q me dio tristeza... El último día igual la abracé y no quería moverme,... Le dije: no me di cuenta q ya no teníamos intimidad,... Mi hijo iba para la escuela y yo manejé para la oficina,...
Salí del carro, sin cerrar la puerta, subí la escalera, Juana me abrió la puerta, y le dije: discúlpame, lo siento, no quiero divorciarme de mi esposa... Juana me miró, me preguntó ¿¡si yo tenía fiebre?! Y yo le dije: mi esposa y yo nos amamos,... Solo era q entramos en rutina y estábamos aburridos,... Hasta ahora, no valoramos los detalles de nuestra vida, pero desde q empecé a cargarla nuevamente, todos los días, del cuarto a la puerta, me doy cuenta que debo cargarla por el resto de nuestras vidas... ¡¡¡Hasta la muerte!!! Juana empezó a llorar, me dio una bofetada y tiró la puerta...
Bajé las escaleras, me monté en el auto, llegué a la floristería y le compre flores a mi esposa,... La joven en la floristería me preguntó: ¿q le escribo en la tarjeta, Sr.? "¡¡¡te cargaré todas las mañanas, hasta q la muerte nos separe!!!", le dije... Llegué a mi casa, con flores en las manos y una sonrisa, solo para ella,... Corrí y subí las escaleras, entré en la habitación... ¡¡¡Y encontré a mi esposa muerta!!! Mi esposa estaba batallando con la terrible enfermedad del cáncer y yo, estaba tan ocupado con Juana, q no me di cuenta...
Mi esposa sabía q se estaba muriendo y por eso me pidió un mes de aviso antes del divorcio, para q a nuestro hijo no le quedara un mal recuerdo de un divorcio,... ¡¡¡Para q no tuviera una reacción negativa!!! Para que, por lo menos a mi hijo, le quedara grabado en sus ojos y sus recuerdos, que su padre era un hombre maravilloso, ¡¡¡un esposo que amaba a su esposa!!! Estos pequeños detalles son lo que importa en la vida, en una relación,... No la casa, el carro, el dinero en el banco,... Esto solo parece crear un ambiente que crees podría llevarte a la felicidad, pero en realidad: ¡¡¡no es así!!! Trata de mantener tu matrimonio feliz... Recuerda siempre el primer día de esa linda historia...

Comparte este BLOG, quizás estés salvando un matrimonio...

No sabemos realmente ni valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Que Dios te bendiga y te acompañe siempre.
Enviado por: Noelia Berenice Vásquez Albino
Fraternalmente
Dr. Luis Romero Yahuachi

sábado, 1 de septiembre de 2012

EL PRIMER GRITO


EL PRIMER GRITO DE REBELDÍA
Le premier cri
Cuenta el Talmud que, mientras permanece en útero materno, un niño posee todo el saber acumulado en sus vidas anteriores. Por eso antes del nacimiento aparece un ángel que sella el labio del afortunado con un dedo, conminándolo así a mantener ese saber en secreto.

 EL ÁNGEL QUE SELLA NUESTROS LABIOS
La intervención angelical deja una huella en el rostro del bebé: la pequeña hendidura entre el labio superior y la base de la nariz. En ese preciso instante, el niño ingresa a la vida olvidándolo todo… y grita por primera vez. 
DESPUÉS DEL PRIMER GRITO 
“El primer grito”, es una maravillosa película que habla sobre el nacimiento de los seres humanos, y lo que compartiremos y lo que nos diferencia en ese crucial momento de la existencia. Nos muestra como paren las mujeres y como se recibe a los bebé en diferentes culturas de todo el mundo.

La leyenda talmúdica cierra Le premier cri, documental francés que Gilles de Maistre estrenó, y que cubre la crónica de diez partos registrados en Francia, Estados Unidos, México, Brasil, Nigeria, Tanzania, Japón, Vietnam, India y Siberia el 29 de marzo de 2006, día de eclipse solar.

El largometraje vale por su calidad cinematográfica, por su interés antropológico, por su fuerza testimonial y por su capacidad para darle al nacimiento un significado poético pero no cursi, estético pero no publicitario, universal pero no unidimensional.

No es que ensalce los partos en mitad de la selva, pero si nos emociona y nos enseña que el nacimiento respetado se funde con la Naturaleza y sus tiempos, sus pausas, las emociones. Contrasta la violencia de los nacimientos en la gigantesca maternidad de Hanoi o en hospital parisino con la intimidad de la que disfrutan las madres de la Amazonía o en una cabaña norteamericana.

Y nos hace sentir que los niños no son productos que sacar en una fábrica a la que se lleva a las parturientas, sino seres que esperan un espacio casi sagrado y amoroso que les abrace en el mundo al nacer.
Que conste: en ningún momento de Maistre pretende retomar el ideal de “buen salvaje” que imaginó Jean-Jacques Rousseau. Pero sí se permite cuestionar los fundamentos de un sistema que “confunde a las madres con máquinas y a los bebés con productos”, según señala un viejo neonatólogo japonés.

Un segundo contraste se establece entre las condiciones de parto en el Primer Mundo (o para una pareja con poder adquisitivo, como sucede en el caso mexicano) y en el Tercer Mundo (o para una pareja perteneciente al estrato social más bajo, como sucede en el caso indio). Por supuesto, las conclusiones que podamos sacar de esas imágenes exceden la cuestión cinematográfica e incluso el homenaje al primer llanto del recién nacido.

Le premier cri es un film conmovedor, por momentos duro, pero siempre bello. La excelente fotografía, una banda sonora deliciosa donde se destaca la canción “A new born child” interpretada por Sinéad O’Connor y un guión que logra amalgamar diez historias diferentes son los tres ejes de esta crónica sobre una primera vez que todos protagonizamos.


Fraternalmente
Luis Romero Yahuachi