sábado, 26 de septiembre de 2020

 


 Café 

Recomendaciones

 

Cuadro de texto: "El café, negro como el demonio, caliente como el infierno, puro como un ángel y dulce como el amor".                             
                                                 Talleyrand

 

 

 

 


El café data de mucho tiempo atrás, aunque su origen exacto se desconoce. Se cree que los primeros en descubrir los efectos energizantes de esta planta fueron los etíopes, cuando un pastor de cabras notó un cambio en el comportamiento de su rebaño después de que los animales comieran las bayas de un arbusto del café. Desde allí, el café fue extendiéndose por el resto de África y Medio Oriente, y luego hacia Europa y el continente americano. El café es hoy un alimento consumido a nivel mundial. Aunque sus mayores productores se encuentran en algunos países de Sudamérica, Asia y, en tercer lugar, África.

No debemos olvidar que tanto el café como el té intervienen en la absorción de hierro y calcio, por lo que su uso esta desaconsejado para aquellas personas con anemia u osteoporosis.

Beber café en sí no es una acción que pueda calificarse como “buena” o “mala”, pues todo depende de una serie de factores, como la cantidad, la calidad del café, el momento en el que se consume y el estilo de vida en general.

Todo en exceso es nocivo para la salud. La cafeína, principal componente del café, estimula el sistema nervioso central y aumenta la frecuencia cardíaca. Las mujeres embarazas y las personas hipertensas, con obesidad o anemia, por mencionar algunas condiciones, deben reducir o eliminar el consumo de la bebida.



ELIGE EL MOMENTO Y LA DOSIS

Si después de tomarlo sientes palpitaciones o ansiedad, quiere decir que, o estás tomando demasiado, o debes dejarlo.

El mejor momento para tomarlo sería de 9h30 a 11h30 o de 13h30 a 17h, que es cuando los niveles de cortisol (nuestra hormona del estrés) no están elevados. Lo más recomendable es tomar café entre las 9:30h y las 11:30h, momento en el cual nuestros niveles de cortisol (hormona del estrés) están más bajos.

Por otra parte, es interesante alejar el café de las comidas ya que, entre sus compuestos, hay ciertas sustancias que interfieren en la absorción de algunos nutrientes, como el hierro y el calcio.

En 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo retiró del listado de elementos que pueden causar cáncer. Concluyó, incluso, que podría ser beneficioso para proteger a las personas de por lo menos dos tipos de cáncer, así como de afecciones cardíacas, trastornos neurológicos, diabetes tipo 2, entre otras enfermedades.

No reemplaces tu desayuno por muchas tazas de café para “engañar” al estómago. El combustible que necesitas para comenzar tu jornada está compuesto por frutas, cereales y lácteos.

Si estás bien hidratado (con agua, zumos naturales o infusiones de hierbas), te sentirás menos cansado y estresado y, por lo tanto, sentirás menos ganas de beber café a cada rato.

También es preciso que duermas lo suficiente a diario para que descanses bien y puedas evitar el consumo excesivo de café.

Si últimamente estás muy nervioso, irritable, de mal humor y con insomnio, quizás esta bebida te esté perjudicando. Reemplázalo por tisanas naturales o café descafeinado, que te reportarán más beneficios como, por ejemplo, tranquilidad y relajación.

En caso de que sufras de hipertensión, trastornos cardiovasculares, problemas renales, embarazo, anemia u obesidad, evita el consumo de café o reducirlo al máximo.

No bebas café junto a medicamentos antidepresivos o cigarrillos, ya que esto puede causar fuertes dolores de cabeza, presión arterial elevada y migrañas.

Cuadro de texto: Consume mucha comida rápida.
Lleva una vida sedentaria.
Es más probable que se tengan problemas o efectos colaterales si la persona, además de beber café:

Fuma.

No hace ejercicio.

No será solo por el consumo de la bebida, sino por la acumulación de factores de riesgo.

La cantidad recomendada de consumo de cafeína al día oscila entre 400 y 500 miligramos. No es posible medir esta cantidad exactamente por el número de tazas puesto que las hay grandes y pequeñas, así como hay cafés más concentrados, más o menos filtrados, etc. En promedio, una taza de café expreso (muy concentrado) cuenta con 250 miligramos de cafeína, lo que quiere decir que no se recomienda tomar más de dos tazas al día. Si el café es menos concentrado, está bien tomar hasta tres.

Acompaña el café con alimentos

¿Te parece que el café acompañado de un postre o un pastel dulce es uno de los grandes placeres de la vida? Por ser una bebida caliente que favorece la digestión y la eliminación de líquidos, una taza de café después de desayunar o almorzar es ideal.

A primera hora de la mañana no es bueno que consumas únicamente café. Si bien esta es una bebida que te anima, tu organismo necesita frutas, proteína y cereales para funcionar plenamente el resto del día. Cuando pasas demasiado tiempo sin comer y toma café, hay probabilidad de que tu estómago se inflame. No se te ocurra mezclarlo con otros elementos como cigarrillo o antidepresivos porque puedes sufrir fuertes dolores de cabeza u otras consecuencias negativas.

Evita agregarle azúcar al café

Acostumbra a tu paladar para que disfrute el sabor amargo del café. En su composición, este tiene matices dulces (varía según el tipo de café, el sitio en el que es cultivado, entre otros factores), así que evita agregarle azúcar o endulzante. De este modo también reduces la ingesta de calorías. Si definitivamente no quieres prescindir del dulce, disminuye la cantidad.


 

Últimos consejos

Escoge granos que sean tostados y oscuros. Estos producen más cantidad de antioxidantes en comparación con el tostado regular. Son un poco más fuertes que los tradicionales, pero usarás menos cantidad.

Consigue una cafetera adecuada para prepararlo, y preferiblemente, evita las eléctricas, ya que no tienen el mismo resultado que una tradicional. De esta manera, sacarás todo el provecho a los granos y evitarás el desperdicio de producto. También puedes conseguir una moledora de granos de café y hacer todo tú mismo desde cero para que tenga tanto un sabor como un aroma bien intenso.

La cafetera italiana es una de las preferidas por los amantes del café y en cuanto al producto como tal, suelen preferir las variedades que provienen de Rodríguez de Mendoza, Utcubamba, San Ignacio, Jaén, La Convención, Huamalìes, Huancayo, Chanchamayo, Satipo, Oxapampa (Villa Rica) y Sandia.

ASÍ ES EL CAFÉ PERFECTO: consejos para hacerlo en casa

Dos materias primas cuya calidad hay que cuidar

Un agua de calidad para preparar el café es la que su sabor sea lo más neutro posible y no tenga mucho contenido en minerales; y en todo caso es recomendable filtrarla".

No al torrefacto (Café tostado con azúcar), pues el azúcar se quema y es amargo y bastante tóxico. Dentro de los tuestes naturales hay dos variedades principales de café, la arábica y la robusta. Los cafés robusta son de baja calidad, tienen más contenido en cafeína y se utilizan sobre todo en máquinas de vending y en solubles. Si lo que queremos es calidad, nuestro café debe ser arábica y natural.

Lo mejor es que al comprarlo te lo muelan en la tienda o en la cafetería. Del mismo modo es importante conocer la fecha de tueste. El café no va a caducar, porque está seco y no te va a hacer daño, pero lo óptimo es consumirlo entre el mes y los dos meses después de haber sido tostado, no debe estar expuesto al aire ni a la luz.

La cafetera, ¿cuál deberíamos tener? Todas las opciones son buenas. Las máquinas espresso, las automáticas y la clásica italiana son perfectas si nos gusta el café muy concentrado. La americana y la de émbolo también.  Para un infusionado largo se use un granulado más grueso y para uno rápido uno más fino. La cafetera hay que limpiarla muy bien con jabón, para quitar los aceites del café. Lógicamente, luego hay que enjuagarla con abundante agua para eliminar cualquier resto de jabón y secarla cuanto antes con papel de cocina para evitar la aparición de moho.

Si nos gusta el café solo, el idóneo es el africano; si lo tomamos con leche, mejor los de Brasil y Colombia

Los cafés africanos, que suelen ser más ácidos, van mejor solos, porque son mucho más frutales y con leche el sabor puede ser un poco raro. Y los cafés de Brasil o de Colombia, que son un poco más dulces, con un sabor tirando a caramelo, pueden quedar mejor con leche.



Bien por la leche fresca

Otro punto candente, si tomamos el café con leche, ¿cuál es la más adecuada? La respuesta es clara, la fresca, ya que la que está muy tratada pierde dulzor y naturalidad y la idea es que, ya que estamos preparando un café de 10, la leche sea buena también. Si preferimos combinarlo con bebidas vegetales, la de avena y la de almendra, sin azúcares añadidos, van geniales. La de soja, sin embargo, tiene cierto sabor a legumbre que creo que con el café no queda del todo bien.  A la hora de servir el café, la pregunta típica que nos hacen en los bares, ¿en taza o en vaso? Si nuestra respuesta es "en vaso", es hora de cambiar de opción. El motivo es que la cerámica de la taza tiene mucha más inercia térmica que el cristal y, como señala el barista, "la taza al principio te baja un poquito la temperatura del café, porque absorbe esa temperatura tan caliente, pero luego te lo mantiene más tiempo caliente. En cambio, el cristal del vaso pierde el calor mucho más rápido y tu bebida va a estar muy caliente al principio, pero en seguida va a perder el calor. Por eso siempre es mejor la cerámica, la loza".

 

https://bit.ly/333XccU

https://bit.ly/369jVGp

https://bit.ly/3mS1CeN

https://bit.ly/2S4fOmK


Fraternalmente

Luis Romero Yahuachi