ADAPTABILIDAD
Comprende
la naturaleza de las personas con quienes has de estar en contacto.
Ajusta
tu modo de ser y tu conducta hacia ellos de tal manera que puedas agradarles.
Soporta alegremente las excentricidades de otros. Reacciona siempre de modo
armonioso. Sirve a todos. Ama a todos. Siente que el Señor se encuentra en
todos, que es el Ser de todos.
HUMILDAD
Respeta
a todos. No eleves el tono de voz delante de personas mayores o venerables. Ve
al Señor en todos y siente que eres Su servidor y por lo tanto el servidor de
todos. No consideres a nadie inferior a ti.
INTEGRIDAD
Desarrolla
una personalidad integral. Recoge todos los cabos sueltos de tu carácter. Hazte
persona de elevados principios morales. Lleva una vida recta.
Deja
que emane de ti la dulce fragancia de rectitud. Todos confiarán en ti.
NOBLEZA
Huye
de las bajezas de la mente como del veneno. Nunca consideres los defectos de
otros. Aprecia sus buenas cualidades. Nunca condesciendas a los malos
pensamientos, palabras y acciones.
MAGNANIMIDAD
Considera
a todas las cosas con mente abierta. Ignora los defectos de otros. Sé noble y
abierto en cuanto hagas. Evita las charlas inútiles y el chisme. No dejes que
tu mente permanezca en cosas pequeñas.
CARIDAD
Da,
da y da. Irradia tus pensamientos de amor y de buena voluntad. Perdona a tu
prójimo. Bendice al hombre que te injuria. Comparte lo que tienes con todos.
Disemina el conocimiento espiritual. Utiliza los bienes materiales, el
conocimiento y la sabiduría espiritual que poseas como un don divino que te ha
confiado el Señor para que lo distribuyas entre Sus hijos.
GENEROSIDAD
Sé
liberal cuando des. Ten un corazón amplio. No seas miserable. Deléitate con las
alegrías de otros y en hacer felices a otros. La generosidad es una virtud
hermana de la caridad. Es la culminación de la caridad, la magnanimidad y la
nobleza.
PUREZA
Sé
puro de corazón. Elimina la lujuria, la cólera, la avaricia y otras malas
cualidades. Sé puro en tus pensamientos. No dejes que entren en tu mente malos
pensamientos. Piensa siempre en Dios. Piensa en el bienestar de todos. Sé puro
en tus palabras. Nunca pronuncies palabras vulgares o groseras. Sé puro también
con tu cuerpo. Mantenlo limpio. Mantén tus ropas y tus alrededores limpios. Observa
las normas de higiene física, mental, moral y espiritual.
Fraternalmente
Luis Romero Yahuachi