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jueves, 19 de enero de 2012

SÍNDROME DEL PRINCIPE AZUL




Freud dijo que la meta de la terapia era hacer consciente lo inconsciente. Verdaderamente, hizo de este postulado el núcleo de su trabajo como teórico. Y además, definió al inconsciente como algo muy displacentero. Para ilustrar esto, consideremos lo siguiente: es un caldero de deseos establecidos; un pozo sin fondo de anhelos incestuosos y perversos; un lecho de experiencias aterradoras que aún pueden surgir a la consciencia. Francamente, ¡esto no suena como algo que quiera que acceda a mi consciencia!

Bruno Bettelheim aborda, sin duda el estudio de los cuentos de hadas y su influencia sobre la educación de los niños. Para ello, examina los cuentos más conocidos de la cultura occidental: Caperucita Roja, Cenicienta, Blancanieves, Hansel y Gretel, etc., y pone de relieve su función liberadora y formativa para la mentalidad infantil. «Todo cuento de hadas —dice Bettelheim— es un espejo mágico que refleja algunos aspectos de nuestro mundo interno y de las etapas necesarias para pasar de la inmadurez a la madurez total.

La idealización del “Hombre Perfecto” como el “Príncipe Azul”, que solo tiene ojos para su amada, que los dos hacen las tareas del hogar, que es trabajador, que carece de vicios, que  es espiritual, que es un caballero a carta cabal y como adorno social es millonario que le permitirá a la señorita soñadora que al ser desposada no será necesario  trabajar pues tendrá todas las comodidades económicas, tales como empleadas, tarjetas de créditos, autos último modelo, soñará que podrá hacer turismo a todos los lugares del mundo…..etc…etc..

No es fácil encontrar pareja y mucho menos saber si ésta es el amor de tu vida, pero muchas mujeres (y yo diría que muchos hombres también) viven la vida entera esperando por aquel hombre (o mujer) que será el adecuado para ellas. “El síndrome del príncipe azul afecta a 6 de cada 10 mujeres en algún momento de la vida”, sostiene el psicólogo argentino Manuel Penna.

Quienes tienen este síndrome, aseguran que un hombre (o en el caso de los hombres una mujer) vendrá a rescatarles de una vida solitaria, monótona y poco gratificante.

“Exigen cosas que solamente sólo pueden cumplir los personajes de fantasía. En muchas ocasiones quienes no superan esta etapa de sueño desechan a varias parejas porque no cumplen sus expectativas. Es peligroso cuando se torna algo constante con cada hombre que se conoce”, continúa diciendo el especialista.

Enamorarse no siempre resulta fácil, pero cuando el amor llega, hay que tomar cierta distancia para saber qué es lo que el otro está sintiendo. “El amor de la vida o el amor eterno son bellas y románticas frases. Lo cierto es que el amor se construye día a día y que con el tiempo va cambiando su forma.

La pareja debe tener en claro que si hay respeto, sinceridad, atracción física y mental y si el tiempo que pasan juntos es agradable, intenso y cuando se separan se extrañan, eso es suficiente para que una relación sea válida. El momento presente de una buena relación puede ser considerada como que se está teniendo un romance con el hombre o mujer de la vida”, afirma el profesional.

Más allá de estas apreciaciones, hay que tener en cuenta algunas claves:
· Si se está en una relación con un hombre al que le ha costado mantener la fidelidad en el pasado, lo mejor es plantearse el hecho de seguir con él.
· Si el hombre con el que se está nunca antes ha salido con ninguna otra mujer, es posible que en algún momento sienta la necesidad de experimentar con otras parejas.
· Si el hombre que está al lado es incapaz de demostrar sentimientos, no hay que engañarse ni pensar que es tímido. Hay muchas maneras de expresar amor: gestos, palabras, acciones y demostraciones físicas. El amor no puede forzarse y es mejor replantearse la posibilidad de que la pareja con la que se está no sea la adecuada. La indiferencia es lo opuesto al amor.
· Se debe tener cuidado si se está manteniendo una relación de pareja con un hombre al que sólo le atrae el sexo. No es detallista, no escucha, no le importa otra cosa más que el físico.




FRATERNALMENTE
LUIS ANTONIO, ROMERO YAHUACHI