Freud dijo que la meta de la
terapia era hacer consciente lo inconsciente. Verdaderamente, hizo de este
postulado el núcleo de su trabajo como teórico. Y además, definió al
inconsciente como algo muy displacentero. Para ilustrar esto, consideremos lo
siguiente: es un caldero de deseos
establecidos; un pozo sin fondo de anhelos incestuosos y perversos; un lecho de
experiencias aterradoras que aún pueden surgir a la consciencia.
Francamente, ¡esto no suena como algo que quiera que acceda a mi consciencia!
Bruno Bettelheim aborda, sin
duda el estudio de los cuentos de hadas y su influencia sobre la educación de
los niños. Para ello, examina los cuentos más conocidos de la cultura
occidental: Caperucita Roja, Cenicienta, Blancanieves, Hansel y Gretel, etc., y
pone de relieve su función liberadora y formativa para la mentalidad infantil. «Todo
cuento de hadas —dice Bettelheim— es un espejo mágico que refleja algunos aspectos
de nuestro mundo interno y de las etapas necesarias para pasar de la inmadurez
a la madurez total.
La idealización del “Hombre
Perfecto” como el “Príncipe Azul”, que solo tiene ojos para su amada, que los
dos hacen las tareas del hogar, que es trabajador, que carece de vicios, que es espiritual, que es un caballero a carta
cabal y como adorno social es millonario que le permitirá a la señorita soñadora
que al ser desposada no será necesario
trabajar pues tendrá todas las comodidades económicas, tales como
empleadas, tarjetas de créditos, autos último modelo, soñará que podrá hacer
turismo a todos los lugares del mundo…..etc…etc..
No es fácil encontrar pareja
y mucho menos saber si ésta es el amor de tu vida, pero muchas mujeres (y yo
diría que muchos hombres también) viven la vida entera esperando por aquel
hombre (o mujer) que será el adecuado para ellas. “El síndrome del príncipe
azul afecta a 6 de cada 10 mujeres en algún momento de la vida”, sostiene el
psicólogo argentino Manuel Penna.
Quienes tienen este
síndrome, aseguran que un hombre (o en el caso de los hombres una mujer) vendrá
a rescatarles de una vida solitaria, monótona y poco gratificante.
“Exigen cosas que solamente
sólo pueden cumplir los personajes de fantasía. En muchas ocasiones quienes no
superan esta etapa de sueño desechan a varias parejas porque no cumplen sus
expectativas. Es peligroso cuando se torna algo constante con cada hombre que
se conoce”, continúa diciendo el especialista.
Enamorarse no siempre
resulta fácil, pero cuando el amor llega, hay que tomar cierta distancia para
saber qué es lo que el otro está sintiendo. “El amor de la vida o el amor
eterno son bellas y románticas frases. Lo cierto es que el amor se construye
día a día y que con el tiempo va cambiando su forma.
La pareja debe tener en
claro que si hay respeto, sinceridad, atracción física y mental y si el tiempo
que pasan juntos es agradable, intenso y cuando se separan se extrañan, eso es
suficiente para que una relación sea válida. El momento presente de una buena
relación puede ser considerada como que se está teniendo un romance con el
hombre o mujer de la vida”, afirma el profesional.
Más allá de estas
apreciaciones, hay que tener en cuenta algunas claves:
· Si se está en una relación
con un hombre al que le ha costado mantener la fidelidad en el pasado, lo mejor
es plantearse el hecho de seguir con él.
· Si el hombre con el que se
está nunca antes ha salido con ninguna otra mujer, es posible que en algún
momento sienta la necesidad de experimentar con otras parejas.
· Si el hombre que está al
lado es incapaz de demostrar sentimientos, no hay que engañarse ni pensar que
es tímido. Hay muchas maneras de expresar amor: gestos, palabras, acciones y
demostraciones físicas. El amor no puede forzarse y es mejor replantearse la
posibilidad de que la pareja con la que se está no sea la adecuada. La
indiferencia es lo opuesto al amor.
· Se debe tener cuidado si
se está manteniendo una relación de pareja con un hombre al que sólo le atrae
el sexo. No es detallista, no escucha, no le importa otra cosa más que el
físico.
FRATERNALMENTE
LUIS
ANTONIO, ROMERO YAHUACHI