Autor: TSU Glenda Ochoa |
Publicado: 19/12/2011 | Rehabilitacion y Fisioterapia , Enfermeria ,
Reumatologia , Geriatria y Gerontologia , Articulos | |
La actividad física en el
autocuidado del adulto mayor con artritis reumatoide para mantener su capacidad
funcional
1.- Ochoa Glenda: Técnico
Superior Universitario en Enfermería, Universidad de Carabobo, Venezuela.
2.- Márquez Amalys: Técnico
Superior Universitario en Enfermería, Universidad de Carabobo, Venezuela
3.- Fernández Vicenta:
Magíster en Gerontología y Geriatría. Docente titular a dedicación exclusiva de
Pre y Postgrado e Investigadora del Dpto. Salud Integral del Adulto, Escuela de
Enfermería Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo,
Venezuela.
4.- Boggio Manuel: Magíster
Enfermería Gerontológica y Geriátrica. Profesor Agregado a dedicación
exclusiva, Universidad de Carabobo Venezuela. Coordinador de la Asignatura
cuidados de Enfermería a la persona con alteraciones mentales, Escuela de
Enfermería Universidad de Carabobo, Venezuela
5.- Varón Milagros: Magíster
en Educación. Consejera en Lactancia Materna. Profesora Titular a Dedicación
Exclusiva en el Dpto. Clínico de Enfermería en Salud Reproductiva y Pediatría,
Escuela de Enfermería Universidad de Carabobo. Venezuela.
RESUMEN
La artritis reumatoide es
una enfermedad degenerativa que causa discapacidad en la persona, reduciendo su
movilidad, limitando la independencia y/o la capacidad funcional afectando su
calidad de vida. El objetivo del estudio fue evidenciar la experiencia,
abordaje, manejo y evolución de la aplicación del proceso de enfermería a una
Adulto Mayor con artritis reumatoide, utilizando la teoría de Dorothea Orem,
incorporando la actividad física en el autocuidado para el tratamiento integral
de su enfermedad. La investigación de caso clínico, enmarcada en la línea de
investigación del autocuidado y la salud del Adulto, teniendo como universo 100
Adultos mayores, seleccionando a una Adulta Mayor de 74 años, con antecedentes
de artritis reumatoide de 2 años de evolución, y manifestación de dolor
constante en las articulaciones de las manos, rodillas y tobillos con
predominio matinal, mareos, cervicalgia y rigidez del cuello.
Para el diagnóstico se
tomaron en cuenta actividades básicas e instrumentales de la vida diaria,
intensidad del dolor y movilidad articular. La evaluación fue realizada a
través de las láminas Copp-Wonca. Posteriormente al diagnóstico se estableció
un programa de actividades físicas por seis semanas, dando como resultado
mejoría de la movilidad de las articulaciones, alivio del dolor y la rigidez
articular. Concluyendo que la actividad física contribuye de manera
significativa a mejorar la calidad de vida del Adulto Mayor con Artritis
Reumatoide, al mantener la funcionabilidad de las articulaciones, mejorar la
autoestima y aliviar el dolor articular. Se recomienda la actividad física en
el adulto mayor con esta patología.
Palabras Clave: Actividad
Física, Envejecimiento, Artritis reumatoide, Capacidad funcional
ABSTRACT
Rheumatoid arthritis is a degenerative disease that
causes disability in the person, reducing their mobility, limiting the
independence and / or functional ability to affect their quality of life. The
objective was to demonstrate the experience, approach, management and evolution
of the application of the nursing process to an older adult with rheumatoid
arthritis, using the theory of Dorothea Orem, incorporating physical activity
in self-care for the comprehensive treatment of their disease. The clinical
case investigation, framed in the research of self-care and adult health, with
the universe 100 Older Adults, Older selecting a 74 year old with a history of
rheumatoid arthritis of 2 years of evolution, and expression of constant pain
in the joints of the hands, knees and ankles with predominantly morning,
dizziness, neck and neck stiffness.
For diagnosis were considered basic and instrumental
activities of daily living, pain intensity and joint mobility. The evaluation
was conducted by Copp-Wonca sheets. Following the diagnosis is established a
program of physical activity for six weeks, resulting in improved joint
mobility, relieving pain and stiffness. Concluding that physical activity
contributes significantly to improving the quality of life for the Elderly with
Rheumatoid Arthritis, by maintaining joint function, improve self-esteem and
relieve joint pain. It is recommended physical activity in older adults with
this condition.
Keywords: Physical Activity, Aging, Rheumatoid
arthritis, functional capacity
Introducción
La población adulta mayor
constituye en la actualidad el grupo etario de crecimiento más acelerado, en
todo el mundo, se estima que entre los años 2000 y 2050, la población mundial
de 60 años o más pasará de 600 millones a 2000 millones. Llegando así a
constituir el 22% de la población. La mayor parte de ese aumento se producirá
en países en desarrollo, donde pasarán de 400 a 1700 millones en ese periodo
(1). En América Latina este grupo etario pasó de 6,5% a 8,1% en tan solo 20
años, y se espera que para el año 2050 representen cerca del 23,4% del total de
la población (2). En Venezuela, este envejecimiento se evidencia al observar
que para el año 2000 la población mayor de 60 años representaba el 6,74% y en
la actualidad (2011) representan un 9,04% del total de la población, de acuerdo
a esto, se estima que para el año 2015 esta proporción se incremente a 10,17%
(3). Asimismo en el estado Carabobo para el año 2008 se estimó de acuerdo a
proyecciones hechas en base al censo 2001 por el Instituto Nacional de
Estadísticas (INE), una población total de 2.262.070, correspondiendo al
Municipio Valencia 839.926, de este total los adultos mayores representaban el
5,13% en el estado Carabobo y el 5,69% en el Municipio Valencia (3).
Lo dicho anteriormente es
consecuencia de los bajos y controlados niveles de natalidad y mortalidad,
además del crecimiento sostenido de la esperanza de vida, en virtud de esto, se
hace necesario adecuar los servicios de enfermería a esta realidad. Para ello
es importante la labor que desempeña el personal de enfermería especialmente el
de la enfermera gerontológica cuya especialidad es la valoración de las
necesidades de las personas ancianas, la planificación y la administración de los
cuidados para satisfacer sus necesidades, así como de la evaluación de la
eficacia de dichos cuidados en el logro y el mantenimiento de un nivel de
bienestar acorde con las limitaciones impuestas por el proceso de
envejecimiento (4).
Para lograr esto se aplica
el proceso de enfermería el cual es un método sistemático y organizado para
administrar cuidados frente a alteraciones de salud reales y/o potenciales de
las personas, el uso de éste proceso favorece la individualización de los cuidados
entregados e impide omisiones o repeticiones. El proceso de enfermería consta
de cinco etapas que son: la valoración que corresponde a la recolección y
análisis de los datos; el diagnóstico, donde se continúa el análisis de datos y
se produce la identificación de los problemas reales y/o potenciales; la
planificación, donde se fijan los objetivos y se establece un plan de acción;
la ejecución, que corresponde a la puesta en práctica del plan de acción;
finalmente la evaluación donde se identifica la eficacia del plan y se detectan
las necesidades de efectuar modificaciones. (5).
El adecuado proceso de
enfermería y la atención primaria en salud del Adulto Mayor (AM) tiene gran
relevancia para mantener su capacidad funcional, ya que a medida que se llegan
a los 65 años aumenta progresivamente la probabilidad de que en los próximos
años aparezca una limitación en la funcionalidad, esto se debe a que los
ancianos constituyen un grupo etario en los que convergen, junto con los
procesos relacionados con el envejecimiento, diversas patologías que disminuyen
su capacidad funcional modificando su calidad de vida.
En efecto, en el proceso de
envejecimiento ocurren dos fenómenos paralelos, una declinación fisiológica
normal y un aumento en la prevalencia de ciertas enfermedades. En este sentido,
los cambios fisiológicos se inician con cambios a nivel celular, que luego
prosigue con cambios a nivel de los tejidos y órganos de todo el cuerpo (6),
produciendo en el sistema nervioso, cambios que se manifiestan con una baja de
la capacidad intelectual y la memoria, además de cambios en el sistema
locomotor, entre ellos una disminución de la fuerza muscular, por otro lado, en
el sistema respiratorio, se experimenta, una disminución de la capacidad
pulmonar (7). Igualmente es importante señalar que el envejecimiento está
asociado con cambios en sus componentes psicológicos y sociológicos que van
íntimamente relacionados (2).
Al mismo tiempo, se
incrementa la prevalencia de enfermedades, que aun cuando no es una consecuencia
directa de los cambios fisiológicos experimentados, es de resaltar que el
organismo posee mayor vulnerabilidad y una respuesta menos eficaz de los
sistemas defensivos ante cualquier forma de agresión, sin embargo, hay que
destacar que no todos los individuos envejecen por igual, ni en una misma
persona lo hacen a la misma velocidad los diferentes componentes del organismo.
Todo lo anterior ha dado
lugar a diferentes teorías que tratan de explicar el proceso de envejecimiento
entre ellas resaltamos la Teoría inmunológica la cual señala que el
envejecimiento se origina por una disminución de la capacidad del sistema
inmunitario para producir anticuerpos, a medida que la respuesta inmunitaria
disminuye también se reduce la capacidad del sistema para discriminar entre sus
constituyentes y los ajenos con unas reacciones autoinmunes. (8).
Dicha teoría de
envejecimiento enmarca adecuadamente el presente estudio ya que dentro de las
diferentes patologías que prevalecen en el adulto mayor hemos decidido
centrarnos en los cuadros de la Artritis Reumatoide (AR), la cual, aún cuando
su causa es desconocida, es en muchos casos, autoinmune, es decir, una
condición en la que nuestro sistema inmunológico, que es el encargado de
defendernos, comienza a atacar y destruir partes de nuestro propio cuerpo (9).
En base a ello la teoría inmunológica da explicación al origen de la enfermedad
y su prevalencia en adultos mayores.
Ciertamente la artritis
reumatoide es una enfermedad sistémica autoinmune, caracterizada por provocar
inflamación crónica principalmente de las articulaciones, que produce
destrucción progresiva con distintos grados de deformidad e incapacidad
funcional (10), se estima que aproximadamente el 1% de la población de adulto
mayor sufre, algún tipo de artritis, y es la principal causa de discapacidad,
afecta generalmente a personas mayores de 40 años, aunque puede producirse a
cualquier edad (9). La incidencia de la artritis reumatoide es de unos treinta
casos por cada cien mil personas. Una mayor proporción de mujeres (60%
aproximadamente) que de hombres la padece.
Se presenta con dolor e
inflamación en las articulaciones de las manos, brazos, o piernas, en forma
simétrica, es decir las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo,
nódulos redondos e indoloros bajo la piel (signo de que la enfermedad es más
grave de lo común), entre otros síntomas. En las personas de edad avanzada la
artritis reumatoide puede causar deformidades de las manos y los pies. Existen
casos en que el hueso se erosiona y la articulación se disloca quedando
inmovilizada en una posición.
Lo antes expuesto confirma
que la artritis reumatoide es una enfermedad degenerativa que progresivamente
causa discapacidad funcional, por lo tanto afecta la calidad de vida de quienes
la padecen, (11), ya que la calidad de vida de las personas mayores está
estrechamente relacionada con la capacidad funcional (12). De acuerdo a esto
Mosquera M. y Salazar Y., señalan que en el aspecto psicoafectivo, la artritis
reumatoide causa trastornos depresivos (13). La capacidad funcional a que se
hace referencia la señala Giraldo y Franco, en su trabajo titulado Capacidad
Funcional y salud: orientaciones para cuidar al adulto mayor, como la facultad
presente en una persona para realizar las actividades de la vida diaria sin
necesidad de supervisión, dirección o asistencia (14). Para mantener esto es
importante adecuadas intervenciones del personal de enfermería así como el
autocuidado del adulto mayor, lo cual define Tobón O. como los cuidado que se
proporciona la persona para mantener una mejor calidad de vida (15), lo que
incluye la identificación de riesgos que puedan poner en peligro la salud, es
importante resaltar que promover el autocuidado en el adulto mayor permite
reducir su dependencia que incide directamente en su calidad de vida.
En este sentido el presente
caso de estudio se refiere a una adulta mayor de 74 años de edad, con
antecedente de Artritis reumatoide diagnosticado hace 2 años, según refiere,
que asiste al Centro de Medicina Integral de la Universidad de Carabobo (CMIUC)
que se encuentra en la comunidad de El Consejo, de la ciudad de Valencia del
estado Carabobo, y en el que se atienden mensualmente un aproximado de 115
adultos mayores, de las zonas aledañas, en dicho centro de salud se pudo
observar que en el lapso de seis meses se diagnosticaron 15 nuevos casos de
artritis, reumatoide, y llama la atención el hecho de que todos los casos se
presentaron en adultos mayores de sexo femenino, esto confirma su alta
prevalencia en este sexo.
El objetivo de este trabajo
fue evidenciar la experiencia, abordaje, manejo y evolución de la aplicación
del proceso de enfermería a una Adulta Mayor con artritis reumatoide, mediante
la incorporación de la actividad física como parte del autocuidado para el
tratamiento integral de su patología, utilizando la teoría de Dorothea Orem,
“Teoría General del Autocuidado” la cual explica el concepto de autocuidado
como una contribución constante del individuo a su propia existencia. Una
conducta que existe en situaciones concretas de la vida, dirigida por las
personas sobre sí mismas, para regular los factores que afectan su
funcionamiento en beneficio de su vida, salud o bienestar (4). Como objetivos
específicos: Valorar el estado de salud de la adulta mayor, diagnosticar los
problemas de salud de la adulta mayor, planificar las intervenciones de
enfermería, ejecutar las acciones de enfermería y evaluar los resultados
obtenidos. Tiene gran relevancia ya que su estudio pretende mejorar la calidad
de vida de quienes padecen esta enfermedad además del gran aporte científico en
el tratamiento integral de pacientes con artritis reumatoide.
Materiales y métodos
La presente investigación es
de tipo, estudio de caso clínico, en este tipo de estudio se reconoce una
manifestación poco usual y describe la experiencia clínica de un paciente o un
número pequeño de pacientes (menos de diez) en cuanto a los signos y síntomas y
a las respuestas a terapias o procedimientos diagnósticos y terapéuticos (16).
El diseño es experimental de ensayo clínico, con este diseño se evalúan si un
procedimiento terapéutico mejora la salud (16), y está enmarcada dentro de la
línea de investigación del autocuidado y la salud del adulto. Para la selección
del caso de estudio se aplicó un instrumento diagnóstico a 50 adultos mayores de
la comunidad de la Castrera el cual medía datos demográficos, problemas
funcionales, socioeconómicos y psicoafectivos, de igual manera en el (CMIUC) se
revisaron 50 historias de salud de adultos mayores, que asisten a este centro
médico. Por lo tanto la población estaba conformada por 100 adultos mayores, lo
que representó el 100%; de esta población, se tomo una muestra de una persona,
dicha muestra se selecciono a través del método aleatorio simple, y es el
objeto de estudio en la presente investigación.
Una vez seleccionada la
muestra, se realizo la visita domiciliaria, a la adulta mayor objeto de
estudio, asimismo se elaboro la historia de salud correspondiente, además de
ello se le solicito el consentimiento informado, a los fines de cumplir con los
aspectos éticos correspondientes.
El caso a que se hace
referencia trata sobre una Adulta Mayor de 74 años de edad, de Edo. Civil
viuda, natural de Rio Caribe Edo. Sucre, residenciada en la comunidad de La
Castrera, de la ciudad de Valencia del Estado Carabobo. con antecedentes de
artritis reumatoide de 2 años de evolución, quien refiere tratamiento
farmacológico con corticoides, analgésicos y antiinflamatorios, el cual no
cumple con regularidad, ya que teme le causen adicción; mantiene una dieta
balanceada y duerme 8 horas diarias, manifiesta dolor constante y rigidez en
las articulaciones de las manos, rodillas y tobillos con predominio matinal,
mareos, cervicalgia y rigidez del cuello, debido a lo cual realiza todas sus
actividades con calma y lentitud, manifiesta realizarse automasajes varias
veces al día, sobre todo en las manos, ya que le aterra que sus manos se
deformen, cuando usa sandalias percibe que las personas se fijan en sus
juanetes y se ríen, lo que le incomoda grandemente, por lo que usa calzado
cerrado con regularidad. Como antecedentes importantes refiere intervención
quirúrgica hace 40 años por fibromatosis uterina.
Se le realizó examen físico
en sentido cefalocaudal, comenzando con la aplicación del Test Minimenta para
medir la función mental. A la valoración musculo-esquelética: Dolor a la
palpación en región cervical, con dificultad para flexionar o extender el
cuello. Extremidades superiores: sin deformidad, con tumefacción y dolor en las
articulaciones de las manos y muñecas. Extremidades inferiores: simétricas,
bipedestación sin dificultad, marcha dolorosa, con tumefacción y signos de
sinovitis en articulaciones de ambas rodillas, dolor a la compresión, sin
edemas en región distal de las extremidades, pulsos pedios conservados, deformación
en dedos hallux con predominio en pie izquierdo.
A La Valoración Funcional:
La evaluación de la capacidad funcional en relación con la ejecución de
actividades básicas de la vida diaria, se realizó mediante la aplicación de la
escala de valoración del índice de Kazt, el cual considera aspectos como baño o
lavado, vestido, acudir al servicio (o uso del retrete), movilización o
desplazamiento, continencia (fecal y urinaria), alimentación. En segundo
término la valoración de la capacidad funcional en las actividades
instrumentales de la vida diaria se realizo por medio de la escala de Lawton y
Brody. Esta evaluación tomo en cuenta actividades como capacidad para usar el
teléfono, realizar compras, preparar la comida, el cuidado de la casa, el lavado
de la ropa, utilizar el transporte, el manejo de los medicamentos y de los
asuntos económicos.
Para valorar el nivel de
dependencia en las actividades de la vida diaria, así como las actividades
instrumentadas de la vida diaria se tuvieron en cuenta los siguientes
criterios: Independiente: cuando el Adulto Mayor pueda realizarla por sí solo,
sin ayuda de nadie, sólo con orientaciones. Dependiente: cuando necesite de
otra persona para realizar la actividad. En ambos casos, se estableció un
puntaje de 1 cuando estaba presente la capacidad y 0 cuando estaba ausente,
siendo el máximo puntaje de independencia 6 en el caso de la actividades de la
vida diaria y 8 en el caso de las actividades instrumentadas de la vida diaria
y 0 el mayor grado de dependencia.
Mientras que para valorar el
nivel de conocimiento sobre los aspectos básicos de su enfermedad se elaboro un
test contentivo de 20 preguntas referentes a la enfermedad, asignándole a cada
una un valor de ½ punto, para un total de 10 puntos si posee el máximo
conocimiento. Dicho test se aplico al inicio del estudio y posterior a las
sesiones educativas.
En el diagnóstico se
estableció lo siguiente: Enfermedad actual: artritis reumatoide, concomitantes:
dolor e inflamación en articulaciones, columna cervical y mareos.
Signos vitales: tensión
arterial: 110/70 mmHg, pulso 84 LX´, temperatura: 36,5°, frecuencia
respiratoria: 19 respiraciones por minuto.
Posteriormente a la
valoración física se identificaron los siguientes diagnósticos:
• Falta de conocimiento
relacionado con la enfermedad y su tratamiento.
• Dolor crónico relacionado
con inflamación y rigidez articular.
• Deterioro de la movilidad
relacionado con rigidez, inflamación y dolor articular.
• Riesgo de conservación
defectuosa del hogar relacionado con rigidez articular.
• Trastorno del concepto de
sí mismo y alteración en la imagen corporal relacionado con deformidad en las
articulaciones.
En la etapa de planificación
se elaboraron planes de cuidado de acuerdo a los diagnósticos encontrados, allí
se establecieron todas las acciones de enfermería en el tratamiento de la
adulta mayor, además se incluyo en la planificación sesiones de actividad
física como herramienta para mantener la movilidad de las articulaciones, y por
ende la capacidad funcional de la adulta mayor, todo ello con la finalidad de
promover el autocuidado y mejorar su calidad de vida, que a fin de cuenta es el
fin de la investigación.
En este sentido, en lo que
respecta a la actividad física se estableció un programa de ejercicios el cual
se debía iniciar con 5 a 10 minutos de calentamiento, además de ejercicios de
estiramiento que consistían en estirar y mantener en esta posición determinadas
articulaciones, durante 10 a 30 segundos para ayudar a mantener la función
normal de la articulación incrementando y preservando la movilidad y
flexibilidad de ésta. Fortalecimiento, que involucró ejercitar un músculo (o
grupos musculares) contra una resistencia, y por último, condicionamiento el
cual se refiere al ejercicio aeróbico, que mejora el rendimiento
cardiovascular.
En la etapa de ejecución se
indico a la adulta mayor la forma y horario, de la medicación, se desarrollaron
las actividades físicas programadas diariamente, además de todas las acciones
de enfermería establecidas en el plan de cuidado a los fines de lograr los
objetivos planteados, posteriormente a la implementación se evaluaron los
resultados.
Para evaluar los resultado
obtenidos posterior a las intervenciones de enfermería se utilizaron las
laminas Copp-Wonca, las cuales representan un cuestionario autoadministrado que
comprende 6 ítems, cada uno con cinco respuestas posibles, que representan el
estatus funcional del individuo siguiendo una escala ordinal, de manera que las
puntuaciones más altas se corresponden con los estados de salud más
desfavorables
Resultados
Para desarrollar este
estudio previamente se establecieron los objetivos deseados, con cada una de
las intervenciones de enfermería, para ello, se realizó el diagnóstico del
adulto mayor, y se establecieron las estrategias y planes de acción; contando
con la receptividad de la adulta mayor, quien cumplió con todas las actividades
propuestas en la planificación, por lo cual la etapa de planificación y
ejecución fueron satisfactorias. La adulta mayor comprendió el desarrollo de su
enfermedad y que los cambios en su estilo de vida son necesarios para mantener
la capacidad funcional.
De acuerdo a los resultados,
del test Minimenta aplicado a la adulta mayor, evidenció que posee una función
mental intacta.
En la valoración de la
capacidad funcional en relación con la ejecución de actividades básicas el
Índice de Kazt aplicado a la adulta mayor mostró como resultado (ver tabla Nro.
1), que la adulta mayor es independiente en la realización de todas las
actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) así como en las Actividades
Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), de acuerdo a la escala de Lawton y
Brody, (Tabla Nro. 2).
Tabla 1. Grado de
dependencia en las actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), Índice de Kazt
Actividad - Puntaje
Lavarse - 1
Vestirse - 1
Comer - 1
Desplazarse/Caminar - 1
Ir al Servicio/Sanitario - 1
Continencia – 1
Total: 6
Fuente: Modelo de valoración
actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD),
Índice de Katz.
Tabla 2. Grado de
Dependencia en las actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), Escala
de Lawton y Brody
Actividad - Puntaje
Capacidad para utilizar el
teléfono - 1
Realizar compras - 1
Preparar la comida - 1
Cuidado de la casa - 1
Lavado de la ropa - 1
Uso de medios de transporte
- 1
Responsabilidad respecto a
su medicación - 1
Manejo de sus asuntos
económicos - 1
TOTAL: 8
Fuente: Modelo de Valoración
de Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), Escala de Lawton y
Brody
En relación al grado de
conocimiento sobre su enfermedad, aspectos básicos y evolución, el resultado
fue un mayor grado de conocimiento después de las sesiones educativas. (Gráfico
nº 1).
Gráfico Nº 1. Nivel de
conocimiento sobre la Enfermedad
Grado de conocimiento sobre
la enfermedad
Fuente: Test de aspectos
básicos de la Artritis Reumatoide
En lo referente a los
resultados obtenidos con el programa de actividad fisca a través del cronograma
de ejercicios, los mismos muestran una disminución del dolor, (Grafico Nº 2).
Gráfico Nº 2. Intensidad del
Dolor
Evolución del Dolor
Fuente: Informe subjetivo
del dolor, Escala Descriptiva Simple.
Al evaluar el grado de
movilidad, de acuerdo a lo manifestado por la adulta mayor en el ítem Nº 1 de
las láminas Copp-Wonca (Grafico Nº 3) y la observación del investigador de las
actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), se observa una evolución
significativa en su movilidad y desplazamiento.
Gráfico Nº 3. Estado
Funcional Copp-Wonca
Fuente: Laminas Copp-Wonca
Discusión, Evaluación.
Se analizaron y evaluaron
las actividades propuestas las cuales la adulta mayor cumplió a cabalidad,
observando resultados satisfactorios, en lo que se refiere al objetivo
propuesto a través de la actividad física.
Por otro lado aún cuando la
adulto mayor realiza sus actividades de la vida diaria de forma independiente,
lo hace con dificultad, por lo cual, requería de una serie de acciones de
enfermería que garantizarán su adecuada realización y la prevención de
deterioro, dado que ninguna de las intervenciones terapéuticas son curativas,
hay que considerarlas como paliativas, pues intentan aliviar signos y síntomas
de la enfermedad, así como prevenir o retrasar la aparición de deterioro
funcional, para que pueda seguir viviendo de manera independiente.
En cuanto al conocimiento
que tenía el adulto mayor sobres su enfermedad, el mismo era escaso, sin
embargo a través de las sesiones educativas se pudo lograr un nivel de
conocimiento óptimo en relación a su enfermedad, en consecuencia comprendió la
necesidad de realizar cambios en su estilo de vida, de acuerdo a sus
necesidades y capacidades.
En lo que se refiere al
dolor, nos encontramos con la dificultad para medirlo, debido a su naturaleza
subjetiva y por su carácter multidimensional, en base a ello, nos apoyamos en
lo que señala Díez M. quien refiere que el dolor es subjetivo; esto significa
que nadie mejor que el propio enfermo sabe si le duele y cuánto le duele; por
lo tanto, siempre tenemos que contar con el paciente al hacer la valoración del
dolor (17). Por esta razón para su evaluación utilizamos la Escala descriptiva
simple que mencionan Torregoza M. y Bugedo G., la cual, es un tipo de escala
verbal que clasifica al dolor en 4, 5 o más categorías, como por ejemplo
Intenso, Moderado, Leve o Ausente y corresponde al método de informes
subjetivos de dolor (18).
En este sentido y considerando
la información subjetiva del adulto mayor, se pudo evidenciar una disminución
significativa del dolor, con una tendencia a minimizarse, sin embargo no se
puede establecer que el dolor va a desaparecer, por otra parte en lapso que
corresponde a la 4ta. Semana en la cual hubo un incremento del dolor
manifestado por el adulto mayor, se pudo corroborar que no cumplió de manera
idónea con el programa de actividad física durante esa semana. Este hallazgo
tiene gran relevancia tomando en cuenta la investigación realizada por Redondo
M., León L., Pérez M., y otros, (Madrid 2004), titulado Impacto De Las
Enfermedades Reumáticas En La Calidad De Vida De Los Pacientes: Medición Y
Comparación Entre El Dolor En Los Pacientes Con Artritis Reumatoide: Variables
Psicológicas Relacionadas E Intervención, dicho estudio presentó una revisión y
discusión sobre el dolor en pacientes con artritis reumatoide desde un enfoque
psicológico y concluyeron que el dolor es un problema central en los pacientes
con Artritis Reumatoide (11).
En cuanto a la movilidad de
la adulta mayor, se incremento el rango de movilidad articular, al realizar sus
actividades de manera más cómoda, a medida que transcurrían las semanas y se
cumplía con el programa de actividad física, se observaba una mejor disposición
al realizar las actividades cotidianas del día a día, mejora en la movilidad de
las rodillas y tobillos, por lo tanto la actividad física ayuda a minimizar la
rigidez de las articulaciones, esto a su vez, contribuye a minimizar el riesgo de
conservación defectuosa del hogar; no se aprecia inflamación articular; y puede
mover la articulación con libertad.
Sobre este aspecto, nuestro
estudio muestra resultados similares a los obtenidos por Han A, Robinson V,
Judd M, y otros, (Madrid 2004) quienes al realizar su investigación titulada El
Tai Chi Para El Tratamiento De La Artritis Reumatoides, con la finalidad de
Evaluar la efectividad y la seguridad del Tai Chi para el tratamiento de
personas con artritis reumatoide. establecieron programas de ejercicios basados
en el Tai Chi, y observaron que los participantes que realizaron Tai Chi
tuvieron una mejoría significativa y clínicamente importante en la de la
movilidad especialmente de la flexión plantar de tobillos.(19)
Por último tenemos las laminas
Copp-Wonca, las cuales, por ser un instrumento de carácter subjetivo en el que
la adulta mayor manifiesta su percepción acerca de los resultados, ofrece la
ventaja de que manifieste su propia vivencia, el beneficio percibido resulta
vivenciado, tangible, y ese es el tipo de información que interesaba recoger.
En este sentido se observa una buena autovaloración de la salud y de los
beneficios obtenidos, en parte se debe a la aceptación de ciertos síntomas,
limitaciones y condiciones crónicas, como propias de un proceso de
envejecimiento normal y no como procesos mórbidos, al respecto las laminas 2 y
4, evidencia una buena autoestima, dicha autoestima aparece como sentimiento
positivo cuando hay autovaloración y aceptación (20), además, dado que la autoestima
puede equipararse al autoconcepto y a la autoimagen, entendida esta como la
valoración objetiva de sus habilidades y limitaciones, defectos y virtudes
(20), podemos decir entonces, que la actividad física contribuye a mejorar el
concepto que de si mismo tiene el adulto mayor. Sin embargo no podemos
establecer que se mantenga una alta autoestima si se presentan nuevos cambios,
relacionados con el proceso de envejecimiento o con el desarrollo de su
patología, aún cuando se espera que esto sea así, ya que la adulta mayor conoce
y acepta ambos procesos.
Así también una alta
autoestima disminuye la probabilidad de que aparezcan trastornos depresivos,
esto es importante ya que el adulto mayor es propenso a sufrir depresiones y
pérdida de la autoestima. Mosquera M., Salazar Y., (Ciudad Bolívar 2008),
realizaron un estudio titulado Frecuencia De Trastornos Depresivo Mayor Y Su
Influencia En El Pronóstico De Pacientes Con Artritis Reumatoide, y evaluaron
76 pacientes con diagnóstico de artritis reumatoide, observando que el 13,3% de
los pacientes presentan clínica severa de Trastorno Depresivo Mayor, 30,3%
depresión moderada (13). Finalmente las láminas 3,5 y 6, demuestran que la
adulta mayor valora de manera positiva los beneficios percibidos con la actividad
física.
Conclusiones
Concluimos pues, que los
beneficios percibidos confirman que la actividad física en el adulto mayor
contribuye a disminuir dolores, calambres y entumecimientos; al fortalecimiento
de las piernas y el cuerpo en general, de igual forma, a mantener la movilidad
de las articulaciones y conservar su capacidad funcional. De esta manera se
cumple con el objetivo del presente estudio ya que las acciones de enfermería
están enfocadas a evitar o retrasar la aparición de deterioro funcional, para
que pueda seguir viviendo de manera independiente y socialmente integrada en su
domicilio, tomando en cuenta que la edad y la artritis muestran una asociación
directa con la probabilidad de tener dificultad para llevar a cabo las
actividades básicas de la vida diaria.
Por otro lado, y dado que se
aprecia que la adulta mayor, expresa una buena valoración de su salud física y
mental, según el análisis de las laminas Copp-Wonca, que se utilizaron para la
autovaloración, se puede concluir también que la actividad física mejora el
estado de ánimo, ofrece distracción, contribuye a la salud mental y favorece la
interacción social del adulto mayor con su comunidad. su salud física y mental,
se puede concluir entonces que la actividad física mejora el estado de ánimo,
ofrece distracción, contribuye a la salud mental y favorece la interacción
social del adulto mayor con su comunidad.
En general se puede concluir
que la actividad física contribuye de manera significativa a mantener la
funcionabilidad de las articulaciones, por ende, la independencia funcional del
adulto mayor, mejora la autoestima, mantiene la movilidad articular, disminuye
el dolor, y en general contribuye a mejorar la calidad de vida del adulto mayor
con artritis reumatoide, no se pudo demostrar que la actividad física pueda
derivar en ausencia total del dolor articular.
Recomendaciones
Considerando que no existen
maniobras que permitan prevenir la aparición de la artritis reumatoide, los
objetivos del adecuado manejo de la artritis reumatoide son el poder realizar
un diagnóstico precoz e iniciar una terapia efectiva lo antes posible, además
hay que considerar que en la mayoría de los casos se trata de una enfermedad
crónica, por ello un aspecto importante es que la persona acepte su enfermedad,
aprenda a vivir con ella y se transforme en un colaborador activo en su
tratamiento y la toma de decisiones. De esta manera se podrán aliviar las
molestias, mantener una función normal y prevenir o minimizar el daño
estructural.
1. Se recomienda instruir
conocimiento a la adulta mayor sobre su enfermedad, evolución y tratamiento
necesario.
2. Indicar al adulto mayor
la necesidad de modificar su estilo de vida, con la finalidad de proteger las
articulaciones que puedan estar comprometidas.
3. Indicar al adulto mayor
sobre los beneficios que otorga la actividad física y la ayuda que proporciona
para mantener la independencia funcional de las articulaciones.
4. Incorporar la actividad
física como parte integral del tratamiento de la artritis reumatoide., ya que
esta, ayuda prevenir la discapacidad funcional de las articulaciones.
5. Fomentar en el adulto
mayor el concepto de autocuidado, a través de sesiones educativas que les
permitan conocer su enfermedad, su desarrollo y aprendan a vivir con ella.
6. Orientar a los familiares
de personas con artritis reumatoide, principalmente si es un adulto mayor, a
cerca de la evolución de la enfermedad, y los cuidados óptimos y necesarios que
el adulto mayor requiere.
7. Fomentar en el adulto
mayor el cumplimiento del tratamiento farmacológico prescrito, aun cuando no se
sienta ningún tipo de mejora, ya que los medicamentos ayudan a prevenir el
curso degenerativo de la enfermedad.
"Más importante que
añadir más años a la vida, es dar más vida a los años".
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Fraternalmente
Luis Antonio, Romero Yahuachi